En los Mixes, pueblos y narco se disputan el agua

*En la guerra por el agua, por la disputa de un manantial y un bosque, San Pedro y San Pablo Ayutla acusa a Tamazulápam del Espíritu Santo de estar implicado con células del crimen organizado dedicadas a la siembra de amapola
Oaxaca, Oaxaca, Lunes 02 de Septiembre, 2019 (Fuente: Agencias).- En la zona Mixe, ubicada en la región Sierra Norte de Oaxaca, hay un conflicto de límites, un guerra por el agua, por la disputa de un manantial y un bosque, donde las acusaciones entre los pueblos involucrados San Pedro y San Pablo Ayutla denuncian que hay implicadas células del crimen organizado dedicadas a la siembra de amapola en el pueblo invasor, Tamazulápam del Espíritu Santo.
En la última visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador a la zona, uno de los grupos afectados, San Pedro y San Pablo Ayutla, desesperado por la falta del agua, pidió la intervención de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), del Ejército, para resolver la dotación del agua, pero el ejecutivo federal dijo que nunca enfrentará al Ejército con el pueblo.
Por eso le encargó al gobernador Alejandro Murat hacerse cargo de la mediación y solución del conflicto.
Murat trató de entablar mesas de diálogo con los pueblos, pero las posiciones encontradas y un amparo ganado ante un juzgado de distrito limitó, rompió las negociaciones.
De acuerdo con el dato de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en México, casi 9 millones de personas no tienen acceso al agua potable, lo que equivale a la población de siete entidades del país, mientras que 13 millones se abastecen de pipas, pozos contaminados y hasta de la lluvia, como es el caso de los habitantes de Tamazulápam del Espíritu Santo y San Pedro y San Pablo Ayutla, dos municipios a 94 kilómetros del Centro Histórico de la capital de Oaxaca.
En agosto comenzó la temporada de lluvias en la zona Mixe de Oaxaca, los pobladores, según la administradora del sistema de agua, tienen que recolectar y juntar agua con cubeta y jícara en mano, vital líquido que tienen que llevar a sus hogares para el uso diario, además, para bañarse o para ir al baño.
“Aquí estamos sufriendo del agua porque no ha llovido, por el conflicto que tenemos con el pueblo vecino y aquí la gente ya está cansada, desesperada, viene aquí a gritar, a golpear que se le dé el agua, que se les conecte al manantial.
Y es el único manantial que tenemos, no hay más manantiales y, si tuviéramos otro, quizá no pelearíamos, no estaríamos quejándonos y en verdad estamos sufriendo, no estamos dando buen servicio porque no hay agua.
Nosotros sólo le damos a la gente agua en cubetas, y a 3 mil habitantes se les tiene que dotar del agua diario y sólo se les pide una cuota por la gasolina del vehículo, es decir, hasta 200 pesos por viaje para traer un tinaco de mil 100 litros de agua”.
La administradora del Comité del Agua, Gloria López, acepta que el agua que se dota en la zona del centro proviene de un arroyo, y se hizo una conexión por gravedad para tener el agua que se dota a la gente.
“Aquí llenamos por día cuatro tinacos que apenas alcanza para dotar de agua a 200 familias, pero hay gente que no recibe una gota porque está dispersa en las agencias municipales y rancherías”.
En tanto, el presidente municipal de San Pedro y San Pablo Ayutla, Rubén Olivares Martínez, se quejó de haberse quedado solo en la lucha por el agua, ya que ni la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), ni la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), han querido hacerse responsables del tema del agua.
“Aún estamos esperando que venga el gobernador a nuestra tierra y que la SEGOB nos dé fecha para escucharnos.
Estamos esperando que en este conflicto intervenga el Presidente de la República, porque este conflicto es por el agua, un derecho y servicio de primera necesidad, ojalá que el presidente empieza a tomar cartas en el asunto, porque por parte de Ayutla ya se acabó la paciencia y la tolerancia”.
Narró que el conflicto es de ya varios años, pero no se ha arreglado nada de parte del gobierno, “no se nos dice cuándo nos van a conectar al manantial”.
“Nos ha ofrecido el gobierno estatal que en 5 días nos iba a reconectar, pero ha sido una mentira más, a la fecha sigue vigente el litigio por disputa del agua.
Están las tuberías, está todo, pero el gobierno no ha podido reconectarnos.
La gente ya está desesperada, busca el agua, la está acarreando como puede, con tinacos por tandeo, como pueda y como se pueda”.
Respecto a la queja ante el presidente de la república, que acusaron a sus vecinos de Tamazulápam de narcos, el alcalde de Ayutla dijo que sólo tiene que la zona en conflicto es merodeada por un grupo armado, “pero yo no puede decir, no me consta, aunque sí hay reporte de agresiones y de ataques, y el último enfrentamiento más fuerte fue en 2017”.
“Más que atender el conflicto de límites hay que solucionar el problema del agua. Lo más urgente es el agua.
Los mismos habitantes dicen aquí que, si se conecta el agua, en ese momento se acaba y empezamos a sentarnos en la mesa de diálogo para resolver el tema agrario.
No hay condiciones de seguridad para garantizar el agua, sigue habiendo gran hostilidad.
Ayutla ha pedido que se haga la reconexión, nosotros lo hemos demandado, y que existan condiciones, que no nos vayan a quitar nuestros trabajos o quitar nuestra maquinaria, el gobierno debe garantizar la paz.
Este conflicto lleva más de 700 días, más de 2 años y no vemos para cuándo termine.
Tamazulápam ganó un amparo con lo que impiden el paso de la tubería para reconectar a Ayutla.
Nosotros ya platicamos con el gobernador, pero ya no hubo condiciones, porque Tamazulápam quiere la reconexión del agua por cárcamo de bombeo, y esa es la propuesta que se discute, una vez que las partes que presentaron el amparo ante la justicia federal se desistan”.
En contraparte, en Tamazulápam el agua abunda, se tira y hasta se desperdicia en la calle, en los drenajes. Ellos tienen el control del manantial y el agua que podrían repartir a sus hermanos, la utilizan para trasladarla en manguera al bosque donde tienen, presuntamente, sistema de riego para la amapola.
El representante de la asamblea de comuneros en Ayutla, Joaquín Galván, se dijo responsable de pedirle al Presidente de la República la presencia del Ejército para darle solución al conflicto, acusando a Tamazulápam de tener nexos con los narcos.
“Yo fui el que le pidió al presidente su intervención en la agresión que sufrimos, porque desde hace 2 años no tenemos agua, porque un grupo armado, en complicidad con autoridades de Tamazulápam, destruyeron nuestros tanques de abastecimiento, secuestraron a cuatro mujeres de la comunidad y agredieron a balazos, con armas de grueso calibre, a nuestra comunidad.
Este grupo armado también ha despojado de sus viviendas a comuneros de Ayutla.
Hay una actuación negligente, porque se somete a negociación el acceso al agua con el pueblo agresor y no se garantiza nuestro derecho del agua.
Le pedimos al Presidente que queremos una acción urgente de la Presidencia, de la Secretaría de Gobernación, para que se atienda nuestra situación de urgencia. En el proceso de la interlocución le llegamos a pedir al gobierno federal que no queremos dialogar con agresores que están ligados con el narco, porque el conflicto no es una disputa entre pueblos, hay un factor criminal involucrado, que está documentado que están actuando detrás de todas las agresiones”.
Si no nos hacen caso, nosotros vamos a ir al manantial a reconectarnos por nuestra propia mano, aunque nuestra vida esté en riesgo y hacemos responsables al Estado mexicano que no nos garantiza nuestro derecho fundamental al agua.
La gente de Tamazulápam utiliza el agua que nos quita para sembrar cultivos ilícitos, como amapola, y eso está documentado por la SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional), ya que el punto de agresión entre nuestros pueblos es donde está la zona de mayor siembra de amapola a nivel estatal, además hay un precedente y tienen control del ayuntamiento y del pueblo.
Tamazulápam tienen más de 10 permisos de la CONAGUA para explotar el agua, y Ayutla sólo tiene 8 que incluye a las agencias y el casco.
Ayutla es un pueblo de resistencia y es la entrada a la zona Mixe, estratégicamente buscan desestabilizarnos y por ello nos agreden”.
Mientras tanto, Tamazulápam niega las versiones que tengan nexos con grupos criminales y le piden a Ayutla que la reconexión sea por gravedad y no con uso de cárcamo de bombeo.
Piden que se respete el acuerdo en el 2017, donde había compromisos de no agresión y no cruzar sus conexiones por las zonas de cultivo.
En lo que respecta al conflicto agrario, están favor de que haya un deslinde de límites, pero con la intervención del Tribunal Unitario Agrario.
Las autoridades agrarias y municipales de Tamazulápam advierten que será hasta el mes de septiembre que se sienten nuevamente a dialogar en la solución del conflicto, porque en estos días argumentan estar involucrados en sus festejos parroquiales.
Genaro Rojas Ramírez, regidor y responsable de las fiestas anuales de Santa Rosa de Lima, mencionó que en los festejos se reúne la mayor parte de habitantes de la zona para participar en conciertos de bandas filarmónicas y competencias deportivas de basquetbol, con lo que se busca la unificación y convivencia de los pueblos, a fin de dejar los conflictos atrás.
“Lo que buscamos es convivir como hermanos, porque uno de los grandes problemas que enfrentamos entre pueblos es el divisionismo, los problemas políticos, los conflictos por la disputa de la tenencia de la tierra, los recursos naturales y queremos que haya paz”.
GOBIERNO DIALOGÓ HASTA EL LÍMITE
En tanto, el gobernador Alejandro Murat reiteró su compromiso por resolver el problema por la disputa del agua entre Ayutla y Tamazulápam por la vía del diálogo.
Mencionó que las mesas de diálogo siguen abiertas a pesar de las posiciones encontradas entre los pueblos que han generado inestabilidad.
Incluso, el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Benjamín Hernández, indicó que la intención de llevar agua de forma simultánea a los dos pueblos, se canceló, se pospuso por falta de condiciones de seguridad.