Cruzada anticorrupción no llega a Oaxaca

Foto: primeralinea.mx
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*Traiciones y corrupción, la trayectoria de Alejandro Avilés Álvarez

*Político impresentable por su negro historial; deficiente y cuestionado como administrador público y operador político, el actual dirigente estatal del PRI espera aparecer en la foto de los próximos funcionarios de gobierno

 

AGENCIA JM

Oaxaca, Oaxaca, Viernes 11 de Noviembre, 2016.- El combate contra la corrupción propuesto por el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa, ha iniciado con procedimientos contra un gobernador emanado de sus filas: Javier Duarte, quien, ante las acusaciones de malversación de recursos y enriquecimiento ilícito, mejor dimitió a su cargo en el estado de Veracruz.

Sin embargo, hasta el momento la cruzada anticorrupción no llega a Oaxaca.

De ello puede presumir Alejandro Avilés Álvarez, dirigente estatal del PRI en el estado y coordinador de la fracción parlamentaria de este instituto político en la LXII Legislatura del Congreso local: no han valido para quitarle sus cargos o su militancia priista, las denuncias en su contra por fingir un auto robo millonario, las denuncias penales y públicas por la venta de candidaturas, la compra fraudulenta de equipo para un gimnasio con recursos públicos, la negociación de los administradores municipales y acusaciones por desfalcos en municipios.

Peor aún, Avilés Álvarez se promueve como el posible nuevo titular de la política interna, a pesar de sus impresentables antecedentes y a sus deficiencias como funcionario y operador. Esa es una de sus pretensiones, ser secretario General de Gobierno en el próximo sexenio.

 

NEGRO PASADO

 

La carrera política de Alejandro Avilés inició en el sexenio de Diódoro Carrasco Altamirano, cuando trabajó en el Departamento de Adquisiciones de la Secretaría de Administración y fungía como titular Jorge Bustamante García (ahora empleado de Avilés).

Avilés Álvarez fue señalado por un auto robo a la nómina de la Secretaría de Administración, cuando se desempeñaba como director de Recursos Materiales; el pagador de la nómina fue detenido y confesó la simulación del asalto en el que supuestamente fue víctima, descubriéndose el delito y a los implicados.

Según versiones periodísticas, en ese entonces un funcionario habría intercedido ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Agustín Márquez Uribe, para que durante el proceso judicial instruido en contra de los funcionarios de la Secretaría de Administración, entre ellos Avilés Álvarez, se reclasificara el delito y el expediente se archivara.

Durante el mandato de José Murat (1998-2004) Avilés estuvo a las órdenes de quien a la postre sería gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, y que en esos años era senador de la República y presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI.

Con Ulises Ruiz en el poder, fue impuesto como diputado local por la vía plurinominal y posteriormente, en la segunda mitad del sexenio, nombrado como coordinador de Delegados de Gobierno. En ambos cargos logró hacerse de una fortuna y convertirse en empresario; incluso trascendió que habría adquirido un restaurante en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, sobre la calle Melchor Ocampo.

Pero desde esa etapa con el ex gobernador Ulises Ruiz, se recrudeció la venta de candidaturas a los aspirantes del PRI a un cargo político por la vía de la elección; principalmente, a quienes aspiraban competir por una presidencia municipal.

 

LA VENTA DE CANDIDATURAS

 

Tras los procesos internos de elección de candidatos para el proceso electoral ordinario 2015-2016, el actual presidente estatal del PRI fue denunciado por militantes priistas ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por la venta de las candidaturas.

La agencia informativa del semanario Proceso recogió la denuncia, donde se señaló que Alejandro Avilés fijó los precios para ser candidato desde un millón, si se quería ser candidato a presidente municipal, hasta los tres millones de pesos, si se deseaba ser candidato a diputado local.

“Hacemos nuestra formal denuncia en contra del diputado local, quien también se desempeña como presidente del CDE del PRI en el estado de Oaxaca, por éstas y todas las anomalías y atropellos que ha cometido no solamente en esta etapa de selección de candidatos, sino a lo largo de su carrera política, que por sus acciones, pocos se atreven a denunciar (…)”

En la denuncia pública de los militantes priistas, lo acusan de ser “hábil para mentir y sucio para hacer este tipo de trabajos, que con el manejo de recursos se ha rodeado de gente que lo solapa, pero confiamos en que aún podemos tener respuestas de las instancias como la FEPADE, para hacer que este político ya no siga haciendo daño a nuestro partido y deteriorando nuestra imagen como instituto político”.

Además de esta demanda ante la FEPADE, el diario Milenio informó que un grupo de seis precandidatos impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el proceso interno del PRI a cargo de Alejandro Avilés para la selección de candidatos a diputados locales y concejales de los ayuntamientos que se rigen bajo el sistema de partidos políticos.

En esta querella, resaltaron las irregularidades que se registraron durante el proceso interno y la violación a los derechos políticos de los militantes, para hacer “valer las cuotas y el reparto de posiciones de los grupos de poder dentro del PRI”. Los agraviados culparon directamente al coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en la LXII Legislatura del Congreso del Estado, a quien señalaron de vender las candidaturas “al mejor postor”.

 

LOS CANDIDATOS DE AVILÉS, CON ACUSACIONES PENALES

 

En su edición del 7 de marzo de este año, el diario Milenio consigna que la organización Ojo Ciudadano por la Democracia A.C. alertó sobre algunos de los precandidatos de Alejandro Avilés en el pasado proceso electoral con expedientes penales, violencia social e intrafamiliar y el desfalco de recursos públicos municipales.

Uno de ellos, según esta asociación, era Mónico Castro, presidente municipal de Putla de Villa de Guerrero, investigado por no comprobar 3.4 millones de pesos, según el informe de la Auditoría Superior del Estado (ASE) del año 2015.

El entonces precandidato del PRI a la presidencia municipal de San Pedro Tapanatepec, Gustavo Argyll González, acusado de tener nexos con el crimen organizado y que de acuerdo con la investigación PGR/SEIDO/UDMS/14/2015, es promotor de peleas de gallos donde se lava dinero para grupos delictivos de Chiapas y Veracruz.

“También se encuentra el precandidato a diputado local por el distrito de Matías y presidente municipal con licencia de Santo Domingo Zanatepec, Romero Ricardo Hernández, quien tienen una orden de aprehensión pendiente de librarse en su contra por violencia intrafamiliar.”

 

OSCURO PRESENTE

 

El presente de Alejandro Avilés es tan oscuro como su pasado. Al fungir como presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la LXII Legislatura del Congreso del Estado en el primer año de ejercicio legal y como integrante en los años siguientes, no han explicado ni comprobado los recursos del Poder Legislativo Estatal, que ascienden a más de 700 millones de pesos anuales. Esta responsabilidad la comparte con sus homólogos del PRD y del PAN.

La opacidad y los presuntos malos manejos de los recursos públicos, que ha provocado una crisis financiera en el Congreso del Estado, tiene varado el pago a proveedores y los salarios de al menos un centenar de trabajadores. Alejando Avilés (PRI), Jesús López (PRD) y Natividad Díaz (PAN) se repartieron los administradores municipales conforme a sus intereses políticos y económicos.

Uno de los escándalos del presidente estatal del PRI, en su periodo como presidente de la Jucopo, fue la adjudicación directa para la construcción de una nueva cafetería y la adecuación de un gimnasio al interior de las instalaciones del Poder Legislativo, a Eduardo Canseco Acosta, hijo de la ex secretaria general del PRI, Elizabeth Acosta.

El periódico Reforma publicó tres facturas en las que Eduardo Canseco cobró 727 mil pesos por la venta de aparatos de gimnasio, para los trabajos de construcción de una cafetería y la remodelación de los baños del Congreso.

“El entonces presidente de la Junta de Coordinación Política, Alejandro Avilés Álvarez, adjudicó la obra al hijo de la secretaria general del PRI, sin que mediara un contrato. Canseco entregó las facturas que amparan los trabajos, pero meses después de cobrarlas. Los comprobantes fiscales fueron elaborados el 2 de febrero de 2015 y las obras cobradas en 2014”, detalla el diario.

A esto se añadió el escándalo de Alejandro, hijo de Alejandro Avilés, difundido por el portal SDP Noticias, quien se exhibió en fotografías durante la celebración que realizó en hotel Aria Resort Casino de las Vegas, Nevada. En este hotel, el precio por habitación ronda los 6 mil pesos diarios. En las imágenes aparece sosteniendo una botella de champán, así como fotografías difundidas desde las redes sociales en las que se exhibe con autos de lujo. Esto fue, para muchos, evidencias del grado de enriquecimiento de Alejandro Avilés.

Tal vez por eso hasta el momento el actual dirigente del Partido Revolucionario Institucional en Oaxaca no ha presentado su declaración tres de tres, donde se incluyen su declaración patrimonial, de intereses y fiscal, como ya lo hizo el dirigente nacional priista Enrique Ochoa Reza.

Por otra parte, las autoridades municipales de Santa María Alotepec, Mixes, afirmaron que tanto el dirigente del PRI como el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso del Estado, Jesús López, impusieron como administrador municipal a Edilberto Pacheco, quien no ha comprobado el destino de más de tres millones de pesos que le correspondían a esta comunidad.

El pasado y el presente de Alejandro Avilés también son de traiciones. No dudó en traicionar a Ulises Ruiz, quien lo encumbró. Antes, traicionó a José Murat y a Diódoro Carrasco, para apoyar a Ulises Ruiz. Va por su cuarto sexenio.

 

INEFICIENTE OPERADOR

 

Los integrantes del grupo político al que se le liga, el de Ulises Ruiz, han señalado a Alejandro Avilés como incapaz de ganar una elección en donde él fuera candidato. Así sucedió en 2012, cuando perdió la elección en el distrito electoral federal 02 de Teotitlán de Flores Magón, en la Sierra Mazateca, considerado manipulable y reserva de votos para el tricolor.

Después de esa derrota, Alejandro Avilés ya no se arriesgó a una elección abierta, por ello su llegada al Congreso local, en el año 2013, tuvo que ser por la vía de la diputación plurinominal.

Por otra parte, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) informó de que el PRI no tuvo representantes en 335 casillas en el pasado proceso electoral, cuando se eligieron presidentes municipales, diputados locales y gobernador.

La tarea y responsabilidad estaba a cargo de Avilés Álvarez, quien incumplió con la encomienda. Incluso, la falta de confianza en sus supuestas habilidades de alquimista y mapache electoral, obligaron a los candidatos priistas a buscar el apoyo de las estructuras de otros actores políticos que participaron en esa elección.

Considerando una afluencia promedio de 300 electores por casilla, fueron aproximadamente 100 mil votos los que no vigiló el PRI, por no tener representantes en esas 335 casillas. De ese tamaño fue la irresponsabilidad.

Político impresentable por su historial de corrupción y traiciones; deficiente y cuestionado como administrador público y operador político, Alejandro Avilés espera aparecer en la foto de los próximos funcionarios del gobierno estatal. Sueña con ser el virrey.

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