Muere conocido asaltabancos en Oaxaca

*En vida, Alfredo Ríos se fugó en tres ocasiones de prisión

Oaxaca, Oaxaca, Jueves 16 de Enero, 2020 (Fuente: Agencias).- Alfredo Ríos Galeana, el legendario asaltabancos de los años 70 y 80, falleció en diciembre pasado en una clínica del IMSS en la capital de Oaxaca, víctima de una infección sanguínea denominada sepsis, informaron fuentes federales.

El llamado «enemigo público número uno», quien en vida lograra fugarse en tres ocasiones de prisión, murió a los 69 años de edad, luego de pasar la última etapa de su encarcelamiento en el Penal Federal de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca.

Originario de la Costa Chica de Guerrero, el también apodado «Charro del misterio» pasó los últimos 14 años de su vida tras las rejas, después de su deportación de EU donde vivió bajo una identidad falsa por dos décadas.

El 22 de noviembre de 1986, Ríos Galeana se fugó del Reclusorio Sur a través de la rejilla de prácticas del Juzgado 33 Penal, destrozada por un comando armado.

El 12 de julio de 2005 acudió a renovar su licencia de conducir en Los Angeles, California, pero con sus huellas digitales las autoridades de EU descubrieron la verdadera identidad del asaltabancos y lo arrestaron.

En California vivió esos años en la casa de un pastor cristiano y grabó un disco con temas religiosos titulado «Transformado por Dios».

De EU lo deportaron a México y desde entonces estuvo preso en el Reclusorio Sur de la capital del país, el Penal Federal del Altiplano y finalmente en Oaxaca.

Exmilitar, ex agente de la Policía del Estado de México y excomandante del Batallón de Radiopatrullas de esa entidad, el delincuente de 1.96 metros de estatura estuvo preso por vez primera en la Penitenciaría de Lecumberri en 1973, acusado de robo, pero fue absuelto.

Desde fines de los 70, cuando renunció a su placa de policía, se convirtió en una celebridad por los asaltos bancarios que perpetró en Puebla, Hidalgo, Estado de México y la capital del país.

En 1983 fue detenido en Hidalgo, pero escapó del Penal Estatal, y más tarde lo capturaron en Ciudad de México, pero también se fugó de la Penitenciaría de Santa Marta Acatitla.

Cuando en 1986 se evadió por tercera ocasión, tenía ya en su cuenta personal atracos que sumaban 353 millones de pesos y 15 asesinatos, así como varias órdenes de aprehensión por delitos de homicidio, robo, lesiones por arma de fuego, evasión de reo y daño en propiedad ajena.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *