Cometa G3 Atlas iluminará el cielo tras 160 mil años

Oaxaca, Oaxaca, Lunes 13 de Enero, 2025 (Fuente: El Universal y Natgeo).- Un espectáculo astronómico de gran magnitud se avecina con el paso del cometa C/2024 G3 (Atlas), un fenómeno que ocurre cada 160 mil años. Descubierto en abril de 2024, este cometa no periódico se aproxima al Sol en un recorrido que lo llevará a convertirse en uno de los más brillantes de la última década.

¿Cuándo y cómo ver el Cometa G3 Atlas?

De acuerdo con Star Walk, el 13 de enero de 2025, el G3 Atlas alcanzará su perihelo, el punto de mayor cercanía al Sol, situándose a 13.5 millones de kilómetros, una distancia mucho menor que la que separa a Mercurio de la Tierra. Esta proximidad generará un brillo extraordinario, estimado en una magnitud de -4.5, similar al de Venus, lo que podría permitir su observación a simple vista bajo condiciones ideales.

El hemisferio sur será privilegiado para disfrutar del cometa G3 Atlas, especialmente en la semana posterior al perihelo. Se recomienda observarlo poco después del atardecer o antes del amanecer, cuando cruce las constelaciones de Capricornio y Sagitario. En el hemisferio norte, la visibilidad será más limitada debido a su proximidad al Sol.

Factores como la contaminación lumínica, las condiciones atmosféricas y la fase lunar creciente en enero podrían dificultar su observación. Para obtener mejores resultados, se sugiere buscar áreas con cielos despejados y alejadas de fuentes de luz artificial.

Un fenómeno con incertidumbres

El G3 Atlas pertenece al grupo de cometas «grazadores solares», que se caracterizan por pasar extremadamente cerca del Sol. Este acercamiento extremo podría ocasionar su fragmentación o desintegración debido al calor intenso y las fuerzas gravitacionales. Sin embargo, expertos sugieren que su magnitud absoluta de 6.8 le brinda posibilidades de sobrevivir al paso por el Sol, permitiendo que sea visible nuevamente entre finales de enero y mediados de febrero de 2025.

Si logra resistir, el cometa continuará su viaje hacia lo desconocido, sin garantía de volver a ser visible en el futuro cercano, esto de acuerdo con National Geographic.

Descubierto por el sistema de telescopios ATLAS en Chile, el cometa G3 Atlas ha sido monitoreado minuciosamente desde su detección. Este sistema, diseñado para identificar objetos celestes que podrían impactar la Tierra, ha permitido detallar su órbita y composición. A medida que se aproxima al Sol, el cometa experimenta una sublimación de los materiales volátiles en su núcleo, generando su característica cola brillante que se extiende por millones de kilómetros.

Su impresionante trayectoria, que se estima en 160 mil años, nos recuerda la magnitud del cosmos y los movimientos que permanecen imperceptibles hasta que los fenómenos celestiales como este se manifiestan.

Aunque el espectáculo promete ser fascinante, es crucial tomar medidas de seguridad al intentar observarlo cerca del Sol. Se recomienda utilizar filtros solares certificados o telescopios equipados adecuadamente para evitar daños en la vista.

Además, seguir los consejos de expertos y aplicaciones astronómicas como StarWalk puede facilitar la localización del cometa en el cielo y asegurar una experiencia de observación inolvidable.

¿Qué planeta está más cerca de la Tierra y qué lo hace especial?

Por otra parte, el sistema solar, hogar de ocho fascinantes planetas, ofrece innumerables curiosidades. Entre ellos, Venus ocupa un lugar especial al ser el planeta más cercano a la Tierra en promedio, un hecho que lo convierte en uno de los principales objetos de estudio para los científicos.

Venus, el vecino más próximo, pero no siempre

Aunque Venus puede acercarse a la Tierra a unos 61 millones de kilómetros, esta proximidad varía debido a las órbitas de ambos planetas. La NASA señala que, sorprendentemente, Mercurio pasa más tiempo cerca de la Tierra que Venus en sus trayectorias orbitales, pero en términos de distancia mínima, Venus mantiene la delantera.

Más allá del apodo de “planeta gemelo”

Venus ha sido apodado el “gemelo” de la Tierra debido a sus similitudes en tamaño y composición. Su diámetro es de 12,104 kilómetros, apenas un poco menor que el de la Tierra. Sin embargo, sus diferencias son drásticas: la atmósfera de Venus es tóxica, y su superficie alcanza temperaturas extremas de 480 °C, lo que hace que cualquier forma de vida humana sea impensable allí.

Además, un día en Venus es extraordinariamente largo. Su rotación dura 243 días terrestres, superando la duración de su año, que solo equivale a 225 días terrestres. Este ritmo pausado hace que entre el amanecer y el atardecer pasen unos 117 días terrestres, creando un entorno completamente ajeno a nuestra experiencia diaria.

¿Microbios en las nubes?

Aunque la superficie de Venus es hostil, sus nubes han generado interés por parte de los científicos. En 2020, el descubrimiento de gas fosfina, un compuesto que en la Tierra está vinculado a la vida, planteó la posibilidad de que microorganismos podrían habitar en las capas altas de la atmósfera venusiana. Sin embargo, estudios posteriores sugieren que este hallazgo podría deberse a un error en el análisis de los datos.