“He sufrido discriminación por ser mujer, por ser indígena”

*Yalitza Aparicio, la actriz revelación de ‘Roma’, de Alfonso Cuarón, revela episodios de su vida

Ciudad de México, Lunes 14 de Enero, 2019 (Fuente: Agencias).- La primera vez que Yalitza Aparicio pisó un cine y vio una película se empinaba en los 15 años. El cine estaba en Puebla, al norte de Oaxaca, el estado más biodiverso de México, donde Aparicio nació y del cual, hasta hace unos meses, muy pocas veces había salido.

“Yo fui al cine por primera vez cuando estaba estudiando la secundaria e hicimos un viaje de estudios, y recuerdo que fuimos en Puebla a ver una película. Muy limitado tenemos el acceso, porque implica pagar viajes de transporte, alimentación y hospedaje.

En mi ciudad no tenemos un cine, no es como una ciudad al estilo de Ciudad de México, donde puedes tener acceso a muchas cosas. Nosotros no”, asegura.

Al teléfono desde la capital mexicana, Yalitza, el rostro más sorprendente de la nueva camada de actrices internacionales y destacada por ‘The New York Times’ como una de las actrices claves de 2018, cuenta que nació en Tlaxiaco, una localidad de 40.000 habitantes cruzada por los vientos, territorio ancestral de la raza mixteca, en el estado de Oaxaca.

A sus 25 años, cumplidos el 11 de diciembre, esta profesora de educación preescolar recién graduada se ha convertido, gracias a la cámara del director Alfonso Cuarón, en el rostro cinematográfico más admirado del año. Como protagonista de ‘Roma’, filme ganador del León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia, de 2 Globos de Oro a Mejor Director y Mejor Película en lengua extranjera y que avanza hacia el Óscar –cinta filmada en blanco y negro y que resume los recuerdos de infancia en México de su director–, Aparicio irrumpió inesperadamente con espontaneidad y un brillo actoral insospechado para alguien que jamás estudió actuación.

El mundo quedó boquiabierto. Hoy, su mayor satisfacción es saber que mientras camina por pasarelas y alfombras rojas hay comunidades indígenas de todo México accediendo a ‘Roma’ gracias a unidades móviles que llevan el filme a donde no existen cines formales, pueblos recónditos cuyos habitantes nunca vieron antes una pantalla. Reciben entradas gratuitas, dice la actriz. Para ella es importante.

Hay temas claves que cruzan su discurso. Uno de ellos es la discriminación, que ha sentido en su propia piel por ser mujer y de raza mixteca. Aparicio es orgullosa de su raza, y este orgullo se trasluce en cada una de sus palabras. Reflexiona que su actuación en ‘Roma’ podría convertirse en una punta de lanza en el combate del racismo.

También su infancia le reveló facetas de la discriminación: sus padres jamás quisieron que ella y sus hermanos dominaran la lengua mixteca. Tanto que, en la película, para poder interpretar el rol de la nana indígena Libo en la infancia de Cuarón, tuvo que aprender en el set su idioma nativo.

Su rol cinematográfico fue para ella un desafío emocional. Fundamentalmente, porque su propia madre ha sido empleada doméstica casi toda su vida y hasta ella ejerció ese oficio, en tiempos duros de necesidad económica. Encarnar a la mixteca Liboria Rodríguez, la nana que en los 60 y 70 crió al cineasta Alfonso Cuarón –quien ganó un Óscar por ‘Gravedad’ en 2014 y que pertenece al trío más famoso del cine de su país, junto a Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, triunfadores todos en Hollywood–, fue para esta debutante una suerte y un aprendizaje de vida.

¿Usted se ha sentido discriminada?

Yo creo que muchas personas en algún momento nos hemos sentido discriminadas. Ya sea por el color, el sexo o tu cultura. Me tocó sufrir discriminación por ser mujer, por ser indígena o por el color de piel.

¿Cómo piensa que ‘Roma’ trata la discriminación racial y social?

Lo plantea en una forma muy real. En la película se ve cómo esta vida, que se podría llamar ‘una vida normal’, si pones atención, te das cuenta de esta diferencia entre las clases sociales. Y de las dificultades y obstáculos que tienen las mujeres, los indígenas y como que no tengas el mismo nivel socioeconómico es como si estuvieras determinada a ciertos trabajos.

¿Y qué fue para usted interpretar a Libo en mixteco?

Cuando Alfonso me comentó de esto que él ya tenía planeado, me nació como una emoción porque se iba a poder compartir en una película la lengua de mi región. Al mismo tiempo, podía servir como fuente de inspiración para nuevas generaciones: lo importante que es conservar el mixteco. Y que también otras culturas en otras regiones entiendan la importancia de conservar su lengua materna.

Yalitza Aparicio habla moduladamente, con un castellano que se arrima a la perfección: se notan sus años de pedagogía. En sus palabras se trasluce el orgullo de ser mixteca y representar a su raza milenaria en la cultura audiovisual del mundo. Acercándose al Óscar, son patentes sus esfuerzos por no permitir que el éxito –hoy la requieren de todo el mundo– le levante los pies de tierra firme.

A pesar de que la película que protagoniza se visualiza como un ícono del cine de autor de este siglo, a pesar de que ganó en Venecia y arrasó con la crítica en los festivales cinematográficos de Toronto y Telluride, y pese a ser aclamada ella por ‘Time Magazine’ como la mejor actriz de 2018 y ser aplaudida por actores de la talla de Tom Hanks, esta actriz enarbola su talento con sencillez. La revista ‘Quien’ la nombró como uno de los 50 mexicanos que cambiaron con su trabajo a México, pero ella no se deja impresionar. La figura de Alfonso Cuarón la inspira.

La productora Gabriela Rodríguez contó que entre usted y Alfonso Cuarón fue amor a primera vista. ¿Cómo fue eso? Usted no sabía de él…

No lo conocía ni sabía nada de su trayectoria. Creo que fue algo que me ayudó a no sentir tantos nervios cuando lo tuve enfrente. Gabriela Rodríguez nos había hablado de él cuando nos recibió. Ella nos recibió al equipo de chicas que veníamos a hacer ‘casting’. Así es que yo, más tarde, solamente investigué una foto. Pero, al tenerlo al frente, no se parecía a la foto porque estaba muy flaco cuando lo vi. Y cuando empezamos a platicar sentí que era una persona muy noble. Te daba esa seguridad de que todo estaba bien a su lado. Al hablar con él, me parecía que era un amigo de toda la vida. Uno con el cual no nos habíamos visto desde hace tiempo y estábamos hablando de nuevo.

¿Fue difícil convertirse en actriz después de haber batallado para ser maestra en Tlaxiaco?

Fue una sorpresa, realmente no lo esperaba. Era algo para lo cual ni siquiera tenía ilusión. Porque yo consideraba que no era para mí: siempre veía películas o la televisión y me daba cuenta de que esas mujeres (que aparecían) no eran de mi perfil. Siempre son mujeres con características con las que no te identificas. ¡Lo consideraba tan lejano! Y cuando me ofrece Alfonso la oportunidad de hacer esta película… hubo un momento en que creí que no era verdad. Un momento de irrealidad.

Después de ‘Roma’, ¿volverá Yalitza Aparicio a la sala de clases, su primera vocación?

Toda mi vida he soñado con ser educadora, y enseñar no es tan lejano a lo que estoy viviendo ahora. Con la película descubrí que el cine es una herramienta de educación y con él se puede educar masivamente. Hay muchos mensajes importantes que se transmiten en ‘Roma’. Es una forma enorme de educar.

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