Volver a ser humanos

Oaxaca, Oaxaca, Domingo 02 de Enero, 2022.- Nuestro propósito de año nuevo debe ser cómo volver a ser humanos. Muchas personas anhelan recuperar lo que consideran tiempo perdido, volver a la etapa de la infancia o de la juventud. Sentir en su piel la lozanía de los bebés.

Sin embargo, yo creo que hay que aceptar el presente que tenemos, lo único que nos falta es volver a ser humanos. Aunque hablar de volver implica regresar a lo que antes existió y tal vez el gran problema de la humanidad es no haber pasado por una verdadera etapa de humanidad.

También uno de nuestros principales problemas es que nos fijamos propósitos de año nuevo que al final de año fuimos incapaces de cumplir y acabamos repudiando al año viejo y a todas las desdichas que según nosotros trajo consigo. Volvemos a ese círculo vicioso cada año nuevo.

Una de nuestras principales metas es ser felices, pero la felicidad la situamos en un lugar inexistente, o bien recordando el pasado, épocas que nos parecieron mejores o pensando en lo mejor que será ese mañana que deseamos la suerte nos lo traiga más espléndido que el presente que tenemos.

No existe un lugar, ni en el tiempo ni en el espacio, para la felicidad; la felicidad está dentro de nosotros aquí y ahora. Somos lo que pensamos, pensamos lo que queremos pero no hemos aprendido a ser felices aun en contra del dolor que ciertas situaciones puedan representar.

Pasa también que todo lo apostamos a la suerte, a la casualidad y, resulta que la suerte y la casualidad no existen, todo es obra de causalidades, causas por las que ocurren las cosas. El mejor ejemplo de la suerte es el juego de lotería, a la lotería la rigen las reglas de la probabilidad.

Por un número de billete que compramos, nos regalan o en el mejor de los casos encontramos, hay miles o millones de números. Si es un solo premio tenemos una oportunidad que compite con todos los demás. A menor número de billetes, mayores probabilidades de ganar.

Entonces, no somos pobres o ricos, negros o blancos, feos o bonitos porque nos toco nacer o estar en determinado lugar. Somos lo que somos porque por encima de nuestros mejores deseos se imponen fuerzas políticas y económicas que determinan nuestro presente y futuro.

En los orígenes de la humanidad, cuando estas fuerzas no existían todos eran iguales. Aún no se inventaba la religión ni los gobernantes o reyes, no se había determinado qué era bonito y qué feo ni se le había puesto precio a las cosas. La vida la regía la madre naturaleza.

Si imaginamos las pocas necesidades que tenían los seres humanos entonces, encontraremos que se nos han fabricado muchas necesidades para que millones de personas paguemos los lujos y excesos de unos cuantos que pretenden vivir como dioses para siempre.

El desarrollo de la humanidad, la ciencia y la tecnología no han demostrado la existencia de otra vida donde, como lo prometen quienes han hecho las religiones, vivamos para siempre. Aun así, se nos dice que nuestros padecimientos son pasajeros y nos espera la Gloria.

Somos el 99% de pobres a nivel global, nacional, regional y estatal pero el 1% de personas ricas que se queda con nuestro trabajo, nuestras vidas y nuestros recursos, deciden sobre el futuro de la humanidad y son quienes nos han metido en esta espiral violenta que nos mata.

Mientras ellos acumulan propiedades y riquezas, riquezas que han aumentado aún en estos tiempos de pandemia, o más por eso, nosotros acumulamos deudas, hambre, sed y miserias. Por eso resulta sumamente urgente recobrar la dignidad y sentir que somos humanos.

Es urgente que se nos trate como seres humanos ahora, no queremos planes para mañana o el futuro, es urgente que se nos provea de los medios que nos han robado para alcanzar los mínimos de bienestar para vivir con dignidad. Con la dignidad de la que deben gozar los seres humanos.

¡Somos humanos!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

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