El verdadero “miedo” en la Vicente Guerrero
Oaxaca, Oaxaca, Lunes 14 de Marzo, 2022 (Fuente: Agencias).- Situada a unos 12 kilómetros de la capital de Oaxaca, la agencia Vicente Guerrero pertenece al municipio de Zaachila, de la región Valles Centrales del estado.
Es un cinturón de carencias, de pobreza, de desorden, de impunidad, de violencia, de la falta de la aplicación de la ley.
Ahí se entrelazan diversas historias de habitantes que se asentaron en ese lugar porque llegaron de lugares tan distantes. Se encuentran con diversos orígenes: del estado de Puebla, de Guerrero, del Estado de México y oaxaqueños, provenientes de pueblos de la región Costa, de la Mixteca, de la zona de los Mixes, de la región Valles Centrales. El común denominador: la marginación en ese arco iris social.
Al adentrarse a esa agencia, uno se encuentra con calles polvorientas, con paredes pintarrajeadas, con cadenas que impiden el paso en las bocacalles, con montones de piedras, vestigios de una lucha campal, con barricadas. Una agencia como desolada, se percibe sin alegría, huele a miedo, a temor, a incertidumbre, a recelo al extraño.
Por eso, uno se pregunta: ¿qué es lo que sucede aquí?
Por las noches, como fantasmas de la novela de Pedro Páramo, deambulan algunas personas con garrote en mano por esas calles desoladas y polvorientas.
“Estamos vigilando nuestra agencia”, y así siguen en su camino esos seres fantasmagóricos, hasta perderse en medio de la noche o de la madrugada.
¿Qué vigilan, qué cuidan o de quién se cuidan?
La historia de esta, primeramente colonia, y recientemente agencia municipal, está escrita con violencia, por actos de injusticia, de impunidad, de piedras, de garrotazos y de balazos, de atentados a la vida humana.
No hay una situación de orden, prevalece la fuerza, la sinrazón, la amenaza a las personas y a las instituciones, reina el caos.
Según la versión de algunos habitantes, las vigilancias nocturnas, las barricadas y las cadenas son para “brindar seguridad”, evitar los asaltos y, sobre todo, para que no entre la “14 de Junio”.
Hasta donde se sabe, quienes tienen facultades constitucionales para dar seguridad y actuar ante un delito que se esté cometiendo, son los diferentes cuerpos policiacos, y remitir a los infractores al ministerio público.
Hoy en día, seguir manteniendo en el ambiente, “el monstruo de la “14 de Junio”, es como aquel cuento de la aparición del “chupacabras”, que sólo sirvió para distraer la atención de la ciudadanía y olvidarse en ese tiempo de los problemas primordiales de la sociedad. Insistir en el discurso de la “14 de Junio” es sólo un pretexto que les sirve a unos cuantos.
El motivo real es otro: existe temor en personajes como Fidelia Mosqueda, Francisco Valencia, Jesús Niño y Artemio Desiderio, de que les caiga la justicia. Estos personajes cuentan con serias denuncias penales como son: robo calificado, amenazas, extorsiones, despojo, usurpación de funciones, atentados a las vías generales de comunicación. Todo esto, derivado del conflicto de julio del 2017 que se vivió en la agencia municipal.
Es por eso que estos, autodefensas de la noche o de la madrugada, sirven para dar la alerta que alguien extraño entró a la agencia y poner en sobreaviso a estos infractores de la ley.
Para avisarles y ponerlos a salvo cuentan con radios de comunicación, blindan lo que consideran su territorio.
En otras versiones, a estos vigilantes se les conoce como los “halcones”, y mandan mensajes a través de WhatsApp, una “alerta roja”.
Amanece y, mientras unos durmieron plácidamente, con su radio o su celular al lado, a otros se les ve somnolientos, pero contentos por haber cumplido su misión, son los justicieros de la noche.
Algunos otros estarán preocupados por no asistir a las “guardias”, porque serán multados por no ir a los rondines y cuidar la entrada de algún extraño, pero… ¿hasta cuándo?