“Tenemos autoridades irracionales”

*Flor quiere volver a casa

*Flor, con la esperanza de cruzar las puertas que la lleven a su libertad

Oaxaca, Oaxaca, Lunes 13 de Mayo, 2019 (Fuente: Julio César Sánchez García).- Sus ojos se sobresaltaron cuando, al estar en la cama de un hospital, cuidando a una persona, que posteriormente falleció, se le acercaron policías investigadores que le notificaron que estaba detenida por homicidio.

Después, todo fue papeleo, traslados, golpes, una pesadilla de la que aún no despierta, una infancia de su hijo sin disfrutar, sin embargo, el valor la han sacado adelante.

23 AÑOS EN EL RECLUSORIO

Flor tiene 56 años de edad, de los cuales 23 los lleva dentro del reclusorio, aunque asegura que, con las nuevas leyes, ella debió de estar en libertad desde hace tiempo, sin embargo, no pierde las esperanzas de salir y disfrutar de la libertad que le fue arrebatada.

Sus cabellos muestran cascadas de canas, que reflejan los ocho mil 395 días en que ha estado alejada de su libertad, sin disfrutar el viento acariciando su rostro, el cual se ha llenado de surcos, por noches de llanto, mismo que la ha hecho más fuerte, valiente y decidida.

“Estoy por homicidio, porque a veces tenemos autoridades viscerales que parece ser que ellos estuvieron y vieron la situación, nunca me detuvieron en el lugar de los hechos ni me di a la fuga, yo estaba en el hospital con la persona y ahí fui detenida, cuando alguien quiere matar a una persona no dice, ‘te llevo al hospital’, así se dieron las cosas”, comentó.

EN ESPERA DE LAS ALAS DE LA LIBERTAD

EL RECLUSORIO NO LE HA COARTADO SUS GANAS DE VIVIR

Comentó que “el reclusorio no me ha coartado las ganas de vivir y mucho menos de prepararme, allá fuera tenía un trabajo donde percibía mi quincena, gota a gota, sin falta y la vida me cambió en un abrir y cerrar de ojos, dejando a un niño de 11 años, el cual estaba a punto de salir de la primaria, el cual ha pasado toda una vida solo”.

Al igual que las otras internas, es madre soltera, “al final del día somos madres solas porque dormimos solas, comemos lo mismo, nos formamos, sin embargo, el lugar no es malo, siempre se nos dice que debemos decir no a la violencia”.

“Soy una persona que he sufrido mucha violencia legal, porque desde hace dos años existe una nueva ley en la que dice que el cumplir al 50 % de la pena que me habían dado, yo debía haberme ido, sin embargo, es la hora que no he salido, he rebasado el tiempo, tengo el 65 % y no se ha cumplido”, indicó.

Lo anterior, no le ha quitado las ganas de vivir, “de seguir sirviendo dentro de este reclusorio, el lugar es amplio, y vivimos de esa libertad del alma, del corazón del espíritu, culpable o no, desafortunadamente las autoridades me encontraron responsable y aquí estoy, de pie, para a seguir diciendo día a día que el tiempo se ha cumplido”.

Por lo que, necesita que se aplique la ley en la cual dice que tendría que haber salido desde que tenía 17 años y medio, y a la fecha tiene 23.

SON SEGUNDOS LOS QUE NOS ROBAN LA LIBERTAD

El lugar las prepara para ser amas de casa, artesanas, comerciantes, “la vida nos cambia porque somos mujeres emprendedoras, tal vez la sociedad diga delincuentes, malas mujeres, malas madres, pero no saben si toda la vida fuimos así, son segundos los que nos roba la libertad, tal vez estuvimos en el momento y lugar equivocados, la mala decisión, no lo sabemos”.

En cada una de las internas existe una historia diferente, de dolor, desamor, de abandono, el cual tienen que padecer diariamente, ya que, por lo retirado del lugar, a sus familiares les es difícil llegar a visitarlas.

Aseguró, “este lugar no me limitó como mujer, madre, hija, he cumplido, he respondido, aunque me siento un poco avergonzada porque no es fácil decir, la familia luchó mucho afuera, ellos son muy importantes, ya que sin ellos no pude haber logrado todo lo que tengo, he estudiado y mi hijo es un profesionista, gracias a Dios, a mis hermanos”.

RECOBRAN PRINCIPIOS

Tanto para ella, como para las demás internas, esta no es una alta escuela de la delincuencia como se dice, sino que es una institución en la que llegaron a recobrar sus principios que en un momento olvidaron y que sus padres les inculcaron.

“Esta es una escuela de vida para cada una nosotras y nuestras familias, no se diga para nuestros hijos, por lo que, tenemos que caminar siempre diciendo ¡Hoy quiero ser mejor! ¡Hoy quiero portarme bien!  Y claro, no alejarnos de ese Dios misericordioso que nos da vida, salud, no estamos entre la suciedad y abandono, porque nos tenemos a nosotras mismas”.

Al igual que sus compañeras, Flor dedica su tiempo a cuidar gallinas.

LA NECESIDAD DE SALIR

Indicó que tiene una madre de 76 años, “ella es viuda, mi papá falleció, todos los hijos casados y ella al final del día, vive sola, entonces, la queremos y los hijos están alrededor de ella, pero no las 24 horas del día, entonces necesito ir con ella y decir, estuviste conmigo 23 años, ahora estaré contigo, para acompañarte un poco más.

Flor no exige, pide su libertad con el corazón, “si algo les debía se los he pagado y con creces”.

LAS ILUSIONES

La ilusión que tiene es verse de nueva cuenta en libertad, “como decía Ana Frank en su diario, le preguntaban ¿Qué vas hacer cuando se acaba este cautiverio?, y ella decía, ‘no lo sé, tal vez correr, correr y correr’ entonces, a lo mejor comer mucha piña, manzanas y mucha caña, no lo sé, tal vez como ella, correr, correr y correr y disfrutar del aire, de la libertad, sin tener un horario para dormir, levantarse, ser libre de mis horarios y mis tiempos”.

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