Linchan a joven

*Fue acusado de violación

*Presuntamente el fallecido padecía de sus facultades mentales

Oaxaca, Oaxaca, Lunes 01 de Octubre, 2018 (Fuente: Agencias).- Pobladores de la comunidad La Boquilla Chicometepec, municipio de Santa María Huazolotitlán, Jamiltepec, en la Costa de Oaxaca, lincharon a un joven que presuntamente intentó abusar de una mujer.

De acuerdo con los primeros reportes, el hombre, identificado como Benjamín R. de 32 años de edad, que supuestamente padecía de sus facultades mentales, atacó a una mujer de 50 años de edad, a la orilla del río, a la altura del paraje denominado El Bordeo, la noche de este sábado.

Sin embargo, en el forcejeo ella pudo escapar y avisó a las autoridades de esa población. Fue la mañana del domingo cuando los pobladores de la comunidad afromexicana iniciaron la búsqueda del joven, quien fue encontrado por policías municipales que lo trasladaron a la cárcel del lugar.

A través de anuncios en altavoces, una turba de aproximadamente 100 personas se concentró en el centro de la población y logró arrebatar a los policías por la fuerza y con violencia, la custodia del joven.

Luego, lo trasladaron a la plaza que se encuentra frente a la capilla, donde fue atado con cuerdas y golpeado hasta quitarle la vida.

Ya por la tarde, después de las 17 horas, una patrulla de la Policía Estatal pudo ingresar a la comunidad para rescatar el cuerpo del hombre.

La Boquilla Chicometepec, es una agencia de Policía perteneciente al municipio de Santa María Huazolotitlán.

En su mayoría de campesinos y pescadores, su población es mayoritariamente afromexicana.

Autoridades de la Fiscalía acudieron al lugar para las diligencias correspondientes.

 

Linchamientos, la otra cara de la (in) justicia

 

Cada vez son más los casos que sacuden las noticias: tan sólo en dos meses, destacan la riña previa al Clásico Regio, los ‘robachicos’ (que no lo eran) de Puebla, el veterinario que hicieron pasar por ‘mataperros’ en Torreón y un ladrón en Saltillo. ¿Cuál es el engranaje de la barbarie?

El todo poderoso algoritmo de Facebook avisó que había una transmisión en vivo.

Al dar click, la señora Charo reconoció que la camioneta y los cuerpos –lo que quedaba de ellos– eran de su hijo y uno de sus familiares.

Una turba de Acatlán, Puebla, juzgaba a ambos hombres como robachicos, la sentencia colectiva e irreversible: ejecución pública en tiempo real.

Horas antes Ricardo y Alberto fueron acusados de robarse un niño.

Las autoridades intervinieron y los dejaron en los separos del Centro de Readaptación Social (CERESO) de la localidad.

Pero la noticia de que serían liberados por falta de pruebas se regó como pólvora en las redes sociales. Entonces se activaron los engranes de la barbarie y un pueblo furioso irrumpió en las celdas para hacer justicia por mano propia, para quemarlos vivos.

Detengo el video y quiero pensar que es un ejemplo burdo, actuado quizá, de la definición de Fernando Molina del verbo “linchar”: “Se trata de un estallido incontrolable de ira y odio, siempre espontáneo, de un grupo amorfo de personas que se enfervorizan ante una amenaza.

Las víctimas casi siempre son forasteros a los que se cree delincuentes: uno de sus detonantes, entonces, es el miedo a los extraños”. El video resulta ser real.

Lo dejo en pausa mientras se me revuelve el estómago, los datos, el dolor de Charo al coincidir online con estas escenas.

Una cosa es leerlos, intentar hacer un diagnóstico con las estadísticas y otra ver desde una computadora este espectáculo de horror sin censura.

Recuerdo la entrevista que Mabel Lozano le concedió al diario El País: “No sabes el dolor que sentían esos padres, el dolor profundo de haber visto cómo queman vivos a tus hijos y que no puedes hacer nada. Me afectó mucho estando ahí y durante el montaje”.

Entiendo a la directora del documental “Tribus de la Inquisición” que sitúa cómo la justicia por mano propia se ejecuta en Bolivia. Una realidad cada vez menos alejada de México, cuando trato de comunicarme con los padres de las víctimas que estos textos. Algunos no fueron localizados, los demás tienen perfiles virtuales públicos con mensajes desgarradores. “24 días sin escucharte”, dice Charo a casi un mes de su pérdida.

 

CONCÉNTRATE

 

La estructura de la violencia y sus alcances nos obligan a dejar de ver esto como caso aislados, y entenderlos como consecuencias del desgaste del tejido social.

Con distintos matices, pero conservando la naturaleza del linchamiento, esta semana un hombre ingresó a una vinatería en la colonia Guayulera y, con arma en mano, intentó perpetuar un asalto. No contó con que cuatro empleados en el local se defenderían. Y no sólo eso, lo mataran a golpes.

El Código Penal Federal considera que, de excederse el uso de la fuerza en casos de defensa legítima, se impondrá al acusado la pena de delito culposo. Pero en estos casos, ¿cuáles son los límites?, ¿es posible frenar el instinto de supervivencia? Se entiende que lo legal era detenerlo y llevarlo ante la autoridad competente. Pero, ¿hay en estas escenas una pausa para pensar en las consecuencias? cómplices de un delito. Opera la ley del silencio

Molina, un periodista boliviano, enumeró los pasos usuales en estos rituales de terror que llamamos linchamientos. La secuencia se repite hasta el hartazgo en el orden señalado en éste y otros casos. Primero la captura, después la golpiza por parte de todos los adultos del pueblo. Añade: “A veces se rocía a las víctimas con combustible y se les prende fuego. La Policía llega.

La Policía descubre la inocencia”. Y agregaría yo, como último acto en el contexto mexicano: “La justicia nunca llega”.

Ricardo y Alberto no eran robachicos. Alberto era un campesino de San Vicente que se encontró con su sobrino Ricardo, un estudiante de Derecho en Veracruz. Ricardo, como todos los estudiantes de leyes, seguro memorizó el artículo 17 de la Constitución Mexicana: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”. Un artículo que violó el pueblo, que se negó a escuchar que sólo iban de paso. Que él quería terminar la escuela, que lo dejaran vivo para mantener a su bebé recién nacida.

Todo empezó por un rumor de que se habían robado un niño. Era infundado. Eran inocentes. En el último post de ese día, Charo, la mamá de Ricardo escribió en Facebook: “Es mi niño y me lo mataron”.

 

SI NO SON CASUALIDAD

¿POR QUÉ OCURREN?

 

Hay 50 veladoras en el pavimento afuera de un súper, a unos centímetros hay una grieta enorme que hace que los peatones tengan que saltar para evitarla. El calor húmedo se pega a una playera de Tigres que apenas se distingue, pues está cubierta de hojitas con mensajes como “Un tigre nunca abandona a otro tigre”, “Fuerza”, “Tú puedes, te queremos”. Es media noche y alguien limpia las veladoras. Son peticiones a San Judas Tadeo y a la Virgen de Guadalupe para que Rodolfo Palomo sobreviva a las próximas 72 horas, cruciales después de que fuera apedreado por hinchas del Rayados, el equipo rival, justo donde reposa este altar improvisado.

Ya no hay rastros de sangre. La avenida se llena de gente con prisa, gente trabajadora, decente que olvida que hace unos días esta calle se redujo a la escena de un “casi” asesinato. ¿Esta gente a secas reúne los elementos para transformarse en una turba? ¿Qué los hubiera hecho distanciarse, ignorar, grabar, sugerir o provocar el casi asesinato de Rodolfo?

“Casi” porque si bien Palomo se encuentra estable, su diagnóstico sigue siendo incierto hasta el cierre de esta edición. Monterrey se volvió capital de la ignominia cuando unos fans del futbol riñeron y olvidaron sus lemas “Un Tigre nunca abandona a otro tigre” y también revolcaron la actitud deportiva y los ideales de sus equipos. En el desorden de la huida, uno de ellos resbaló y fue golpeado por un grupo del equipo contrario.

En Monterrey todo el mundo tiene una playera consentida: Tigres o de Monterrey. Es casi tan típico como comer carne asada. ¿Qué desencadenó este brote de violencia? “Desde mi posición de amanuense y observador, que no de especialista, sostengo ahora lo que escribí en La Hinchada Más Pasional: La Adicción de la editorial Shop & Read, basado en testimonios de los barristas: el hincha violento alimenta su animosidad fuera del estadio, desde su formación personal en sociedad. No se hace agresivo al unirse a la barra. Y también hay riñas entre aficionados que ni siquiera se juntan para animar”, señala el escritor y periodista Luciano Campos.

El problema no radica en una playera, ni el hecho de pertenecer a una barra. Si fuera así, no se vería un Monterrey con esos matices de albiazul y amarillos que a poco trata de superar este episodio. No se vería tampoco el homenaje, las declaraciones reprobando la violencia de los jugadores, las barras y la Liga Nacional.

Mientras la justicia del Estado continúe siendo excluyente y omisa, los linchamientos no van a cesar”.

 

EL COMUNICADO DE LA COMISIÓN

NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS

 

Los detonantes de ese momento responden a una suma de factores de la sociedad y cómo afectan a cada sujeto. Este caso se considera linchamiento o tentativa de, porque fue espontáneo; los agresores superaban en número a la víctima y porque la consecuencia en la salud del individuo fue desproporcionada. Nadie merece que le revienten una piedra en el cráneo con alevosía y ventaja.

Los factores que impiden o propician la consumación de un linchamiento que señalan la ONU y otros especialistas son: 1) la oportuna intervención de la autoridad; 2) el grado de irritación social y 3) la predisposición a la violencia. Se desconoce el peso relativo de estos factores, además de que en cada caso concreto puede variar.

 

CASO TORREÓN: LINCHAMIENTO

VIRTUAL… DESPUÉS EN PERSONA

 

En México 7 de cada 10 perros viven en condiciones de maltrato y abandono. Ostentamos el tercer lugar mundial de maltrato animal. Y la teoría sociológica que explica los linchamientos va de la mano con una pérdida colectiva de la confianza en el Estado de derecho y la aplicación de la ley por parte del Gobierno. Diariamente circulan historias con crudas fotografías del daño que es capaz de hacer el hombre a otras especies. No hace falta mencionar esos emotivos vídeos de perros raquíticos, quemados y torturados que saturan las redes sociales.

 

DE BRAZOS CRUZADOS

 

Quienes podrían intervenir para evitar que se aplique la ley de la selva, prefieren observar.

Y lo hacen por dos factores: el maltrato animal es una realidad y no hay un apartado legal que contemple sanciones severas. Y en segundo lugar, por la comodidad que representa el activismo de smartphone.

Quizá mientras compartí el video de “perro arrastrado por auto” con una reflexión sobre la abominación que esto representa, olvidaba que a “Trakas” (mi perrhijo) no lo he llevado a su cita con el veterinario, que no recuerdo cuándo es la próxima vacuna y que definitivamente necesita más paseos. Publicar el video del maltrato extremo me exime al menos internamente de una responsabilidad inmediata.

¿Pero qué pasa cuando el supuesto maltratador tiene nombre, apellido y dirección en una publicación que ha sido mil veces compartida? Pese a que los pormenores no han sido dejados en claro, en internet circuló la noticia: “Apedrean hasta la muerte a mataperros en Torreón”. La nota se compartió hasta el hartazgo con kilómetros de mensajes de apoyo descarado a la violencia.

Se trata de un estallido incontrolable de ira y odio, siempre espontáneo, de un grupo amorfo de personas que se enfervorizan ante una amenaza”.

 

FERNANDO MOLINA, PERIODISTA

 

Raúl Julia Levy, uno de los activistas animales más polémicos, ofreció incluso a pagar el abogado del responsable, pues era considerado un héroe por defender a los perros que no tienen voz.

El tuit fue borrado posteriormente, pero degeneró en una campaña de odio hacia los médicos veterinarios zootecnistas (MVZ) que tuvo eco en todo el país, señala el Colegio de Médicos Veterinarios de la Laguna.

Los agresores en un linchamiento afectan a personas inocentes de los delitos amputados; además de ser juzgados sumariamente con todas las irregularidades que esto conlleva. Con esto, la víctima, en este caso Miguel, un veterinario oriundo de Veracruz, pasó por un proceso de deshumanización. “La víctima ha sido prejuzgada por toda la opinión pública, alterada por las informaciones vertidas por los medios de comunicación. El daño… está hecho y es irreparable…”, señalan diversos estudios.

Resulta que el supuesto “mataperros” era: “…antes que nada un ser humano. Una persona que pertenecía a un gremio de médicos veterinarios zootecnistas. Era un joven brillante. Ejerció su carrera de manera profesional y dejó un profundo vacío en su familia, una esposa embarazada y con un bebé de apenas unos meses”, declaró a los medios el MVZ Fernando Morales.

Plegarias. Así lucía un altar improvisado para el hincha de tigres que sufrió una tentativa de linchamiento.

Morales, también como representante del Colegio de Médicos Veterinarios de la Laguna, exigió el esclarecimiento del asesinato. Pues pese a las “denuncias fantasmas” (las autoridades no contabilizaron ninguna), retomó que se debería seguir un proceso adecuado en las instancias legales. “Lo que condenamos no es la muerte de un compañero, sino de un ser vivo que deja una familia. Él trabajaba en el área de bovinos, grandes especies. Y (su linchamiento) sienta un precedente: pues por el hecho de ser veterinario, vas a estar sujeto a señalamientos y se podrá atentar contra tu vida y la de tu familia por malos manejos de información”.

Actualmente y mediante el uso de redes sociales existe otro fenómeno de linchamiento, que si bien no es sangriento afecta la reputación y la identidad de la víctima, por lo que es acusada sin tener en ocasiones evidencia del delito, o dando celeridad a un incidente sin que se guarde el anonimato de la víctima ante medios de comunicación. En el caso de Miguel no hubo marcha atrás, pues sin saber todavía las causas que detonaron su linchamiento, el exponer de esta forma a un presunto delincuente lo dejó desamparado. De nuevo la ironía.

Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”.

 

CONSTITUCIÓN MEXICANA, ARTÍCULO 17

 

El 26 de septiembre Raúl Julia Levi pidió una disculpa a la familia e incluso afirmó que buscará acercarse a la viuda para ofrecerle apoyo. En un mensaje en su cuenta de Instagram aclaró: “Quiero pedirle las personas de Torreón que señalaron al veterinario de haberles ‘Matado’ a sus perros que ahora salgan y levanten sus denuncias, nosotros hemos dado la cara por ustedes (…), la fiscalía de Torreón dice y alega que ninguno de ustedes han levantado ninguna denuncia en contra de este señor, si van a juzgar a alguien tengan los huevos de hacerlo ante las autoridades y no simplemente hacerlo por las redes sociales, yo como activista de los derechos de los desamparados tengo como misión defender sus derechos ante cualquier amenaza y creo que ahora ustedes tienen y están obligados a exponer las razones por las cuales dicen que este señor les mató a sus perros. (…) Si alguien sabe quiénes fueron las personas que señalaron al veterinario, expongamos sus identidades para poder obligarlos a que den la cara.

“Nadie puede tomar la ley por sus manos a menos que sea en plena defensa y no haya otro recurso en el momento, así sea para defender la vida de otro ser viviente, una vez más les exijo que den la cara y digan la verdad”.

 

IMPOTENCIA

 

La camioneta blanca fue lo único que quedó tras un linchamiento en Acatlán, Puebla. La madre de la víctima presenció el hecho a través de Facebook.

El 26 de agosto Miguel y sus sueños de trabajar en un rancho ganadero y ofrecerle un patrimonio a su familia fueron rebajados a nada. Atacado por una turba, irónicamente Miguel, un amante y protector de los animales, falleció siendo inculpado de todo lo que no era y por lo que él mismo peleaba: “la justicia a la vida animal”.

Apedreado y con lesiones de arma blanca, Miguel falleció de manera inmediata. Imposible no recordar el fragmento bíblico: “El que está libre de pecado que aviente la primera piedra”. Al parecer, la ausencia del Estado y la carencia de una garantía de justicia vuelven al ser humano un Dios tremendamente falible.

 

LA POSTURA DE LA CNDH

 

En un comunicado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) expresó: “las conductas de una sociedad no tienen justificación cuando se falta al acatamiento de la ley y se recurre a vías indebidas para aplicar justicia. La libertad de cualquier comunidad en nuestro país se establece en los principios de la Constitución Nacional que nos rige a todos, el respeto a los derechos humanos y, sobre todo, el respeto a la vida, dignidad e integridad de las personas”.

Debido a la magnitud del problema, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión solicitó a la CNDH que realice un informe sobre linchamientos en México, al tiempo de reconocer que no existe información oficial respecto a las estadísticas de estos incidentes. También hizo un exhorto a los Gobiernos de las entidades federativas para que implementen las acciones necesarias que permitan el desarrollo de los protocolos de actuación, a fin de prevenir y evitar actos de linchamiento.

Rechazarlos, pronunciarse en contra del escarnio público en redes sociales o en las plazas de los pueblos es indispensable pero insuficiente. Los linchamientos en México y en América Latina van en aumento en la última década. Es importante, la CNDH llamó a “reconocer y atender el daño y la fragmentación que permanecen en las comunidades después del acontecimiento de violencia, identificar el contexto y los efectos de las múltiples formas de violencias que ahí se padecen y, sobre todo, comprender que mientras la justicia del Estado continúe siendo excluyente y omisa, los linchamientos no van a cesar”.

 

¿QUIÉN FRENA ESTE CRIMEN? CADA

VEZ MÁS FENÓMENO FRECUENTE

 

Entre el 1 de enero de 2014 y octubre de 2015, según El Universal, hubo 24 casos que acabaron con la muerte de las víctimas. En ese periodo se registraron otras 48 tentativas de homicidio colectivo.

 

VACÍO DE DERECHO

 

Estudios vinculan el fenómeno a la desconfianza en las instituciones, sólo un 7 por ciento de los delitos acaban con sentencia en México. Ese vacío del Estado de Derecho genera reacciones violentas.

 

CÓDIGO PENAL FEDERAL

 

Artículo 16. Al que se exceda en los casos de defensa legítima, estado de necesidad, cumplimiento de un deber o ejercicio de un derecho a que se refieren las fracciones IV, V, VI del artículo 15, se le impondrá la pena del delito culposo.

Los linchamientos implican una violación al artículo 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, ya que no respetan la presunción de inocencia, además de imponer tratos denigrantes a la persona.

Son crímenes ocasionados por multitudes, lo que puede generar impunidad. Sus raíces son tan profundas como el contexto de violencia, abuso policíaco y desconfianza alrededor.

Uno de los factores que evitan que este fenómeno termine en tragedia es la participación oportuna de la autoridad.

De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), una lapidación sucede porque ya hubo un antecedente de impunidad y se puso en vilo el Estado de Derecho.

Los antecedentes históricos de este fenómeno demuestran que mientras el Estado no cumpla con su obligación de impartir justicia, dejará la puerta abierta a que la gente cambie la ley por la fuerza.

366 casos relacionados con el linchamiento se han registrado en los últimos 26 años en México, principalmente en la zona centro-sur.

32 Anuales es el promedio nacional en las últimas décadas, según una investigación del Instituto Belisario Domínguez.

Lo que condenamos no es la muerte de un compañero, sino de un ser vivo que deja una familia”.

 

CASTIGOS POR PROPIA MANO

 

Esta expresión de justicia por propia mano se asocia a los siguientes delitos:

> 50 por ciento por robo.

> 16.2 por ciento por accidentes viales.

> 6 y 7 por ciento por denuncias de violación, asesinato o secuestro.

Los estados que concentran más casos son:

> Chiapas.

> Oaxaca.

> Puebla.

> Estado de México.

> Ciudad de México.

> Áreas semiurbanas de la capital del país.

 

LA TRAMPA DE LAS REDES SOCIALES

 

Zygmund Bauman advertía en sus teorías sociológicas que las redes sociales son una trampa. Actualmente, los linchamientos se generan por alertas irresponsables. La chispa que detona la violencia suele ser una noticia falsa sobre robachicos o vendedores de órganos. Después el rumor crece a pasos agigantados hasta transmisiones en vivo de masacres perpetuadas en nombre de la justicia popular.

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