La Matlacíhuatl, la «Dama de la Muerte» en Oaxaca

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*Quienes la han visto, la describen como una mujer muy hermosa, vestida de blanco y con un rebozo negro

Oaxaca, Oaxaca, Domingo 06 de Noviembre, 2016 (Fuente: Agencias).- Dicen que es la «diosa de la muerte», la que regía el inframundo. Quienes la han visto, dicen que se aparece en el Paseo Juárez El Llano desde tiempos inmemoriales; otros la han observado en Miahuatlán de Porfirio Díaz; algunos, en Sola de Vega, pero son múltiples las comunidades de Oaxaca que han reportado sus apariciones.

Los más desafortunados han caído en sus manos y han desaparecido por tres y hasta por 15 días. Algunos afirman que son llevados al infierno para ser castigados por sus pecados: la mayoría borrachos y mujeriegos. Así, también afirman que es la responsable de la epidemia de Matlazáhuatl, que mató a miles de indígenas allá por 1737.

La Matlacíhuatl es descrita como una mujer muy hermosa, vestida de blanco y con un rebozo negro.

 

El Llano

 

Son principios del siglo 18 (1700). Es la ciudad de Oaxaca, y según relatan, no había luz por las noches, ni de petróleo ni de ricino. Los “Coloquios y Autos Sacramentales”, que eran piezas de teatro religioso que se realizan para celebrar el Día de Corpus, tenían lugar en carpas que se levantaban para las veladas de Navidad. Al término de una de ellas, un general fue invitado por sus amigos a continuar la fiesta con un grupo de músicos conformado por cuatro bandolones y vihuelas.

“Cierta noche de luna, cuando terminó la función en el coliseo, invitaron al susodicho caballero algunos de sus amigos, para una improvisada gira llevando en calidad de guardia de honor la música del teatro, compuesta por cuatro bandolones y otras tantas vihuelas”, de acuerdo con la crónica recogida en 1909, con motivo del centenario de la Independencia (Oaxaca, en el Centenario de la Independencia Nacional).

Unas horas después, se sirvió un banquete a orillas de la fuente colocada por el cura Morelos en el Llano de Guadalupe, donde ahora está una estatua de Benito Juárez.

Por 1860, relata el cronista de la ciudad, Jorge Bueno, esta zona de la capital oaxaqueña en la cual a unos cuantos metros pasaba el río que bajaba desde San Felipe del Agua, su nombre fue cambiado a Paseo Netzahualcóyotl; y posteriormente fue llamado, en 1890, “Paseo Juárez El Llano”.

 

Una mujer hermosa

 

Por sus cercanías, fluía el río conocido como Xalatlahuco, que significaba «barranca de arena», porque por su cauce fluía más arena que piedras.

El general se separó del grupo, al final de la llegada de los postres, formado por los músicos y habitantes del barrio que fueron atraídos por la música. El banquete se sirvió a orillas de la fuente colocada por el cura Morelos en el Llano de Guadalupe, como entonces se llamaba al ahora Paseo Juárez El Llano, precisamente a partir de la colocación de la estatua de Benito Juárez.

El general se sentó en un lugar cercano a la fuente, acompañado de amigos íntimos con los que hablaba de “política, del cólera que venía y el correo que no llegaba y también probablemente del cuartelazo que se preparaba o temía”.

Todo fluía con normalidad, cuando de de pronto surgió de la espesura que se formaba por el río, una mujer esbelta y ligera, vestida con falda blanquecina y negro rebozo, que “dirigiéndose resueltamente al magistrado y tomándole de un brazo, lo llevó a remolque con dirección al matorral vecino, diciéndole: ‘Venga usted acá, o daré un escándalo que nos oirán los sordos’”.

El general no tuvo miedo y se dejó llevar en silencio. En el momento del secuestro, los músicos y sus admiradores tomaron la cosa tan a pecho que uno gritó: «¡La Matlacíhuatl!»

Otro dijo: «El diablo vestido de blanco».

Y cuando un tercero exclamó con espanto: «¡La Matlacíhuatl! se ha llevado al general», todos huyeron desaforados tropezando aquí, cayendo más allá y gritando en coro: «¡La Matlacíhuatl!, ¡La Matlacíhuatl!»

 

El regreso

 

“Sus amigos se quedaron inmóviles y tranquilos pensando, no sin fundamento, que se trataba de alguna intriga amorosa no terminada, o de algún reclamo de muchacha casquivana que aprovechaba una de las oportunidades poco frecuentes para las mujeres del pueblo, cuando tratan de aproximarse a ciertos personajes”.

Algunos cronistas afirman que después de varios minutos, el general regresó felicitándose de haber quedado ileso mediante la exhibición forzosa de una peseta de oro, “moneda que siempre llevaban aquellos ricos señores, porque aun no se conocían los billetes de banco”. Acto seguido, el militar mandó tocar retirada y buscando a los músicos, tan sólo encontró las guitarras y algunos restos de la cena esparcidos en el suelo.

Otros dicen que el general fue encontrado hecho una desgracia, bajo el puente en donde corre el río de Jalatlaco, cercano al panteón. También, se dice que era una mujer real, que ciertamente cautivaba y seducía a los los hombres con su belleza, la cual aprovechaba para despojarlos de sus pertenencias.

La leyenda dice que la Matlacíhuatl se lleva a los hombres borrachos, los desaparece por varios días, hasta que son encontrados sobre plantas espinosas.

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