Activista oaxaqueña lleva más de 44 días desaparecida

*Ante la desaparición de la activista Irma Galindo, la Fiscalía General de Oaxaca pide la colaboración de las fuerzas federales y de la Fiscalía de la Ciudad de México para lograr su paradero

Oaxaca, Oaxaca, Sábado 11 de Diciembre, 2021 (Fuente: Agencias).- En Oaxaca, el Fiscal General de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo, afirmó que solicitó la colaboración de la Fiscalía de la Ciudad de México para lograr con el paradero y aparición con vida de la activista Irma Galindo Barrios, que lleva 44 días sin que se conozca de su paradero.

La última vez que se vio a la víctima había acudido a denunciar los atropellos que se cometen en el municipio de San Esteban Atatlahuca (del distrito de Tlaxiaco, región Mixteca del estado) y desapareció en inmediaciones del metro Martín Carrera.

El Fiscal de Oaxaca dijo que hay varias líneas de investigación que se están desahogando por el caso de desaparición de la también ambientalista, por la cual existe una Alerta de Búsqueda Rosa por perspectiva de género y se trabaja de manera coordinada con instancias judiciales y policiales, tanto de Oaxaca, como de la Ciudad de México.

“Lo último que sabemos de ella es que desapareció en la Ciudad de México, y me parece que las autoridades de procuración de justicia estamos todos coordinados. No es una responsabilidad de una u otra Fiscalía, es responsabilidad de todos los que estamos en el sistema nacional de procuración de justicia”.

Peimbert detalló que, entre las líneas de investigación se indaga que tal vez fue víctima de desaparición forzada por las personas a las que ella denunciaba por cometer acciones en contra por la tala del bosque y por las violaciones a los derechos humanos que se cometían en el municipio de San Esteba Atatlahuca.

“Ella hizo una serie de denuncias fuertes, objetivas, sobre lo que sucedía en su comunidad, y se ha caracterizado por ser una persona que la da voz a los que no tienen y ha tenido diferentes episodios de amenaza y de violencia, lo cual nos hace pensar que tenemos que tomar en serio esta desaparición”, reiteró.

Con respecto al conflicto en San Esteban Atatlahuca, donde hay familias desplazadas y agresiones constantes por habitantes de la cabecera municipal a dos agencias municipales que son Guerrero Grande y Ndoyonoyuji, el titular de la Fiscalía afirmó que, en la zona hay un conflicto intercomunitario, “que nosotros sentimos que tiene diversos tipos de complejidad e intereses diversos que están investigado”.

Detalló que en la zona se siguen realizando actividades de investigación y periciales, ya que se encontraron restos calcinados de varias casas que fueron incendiadas.

Sin embargo, dejó claro que, pese a este escenario, “en nombre de ningún conflicto vamos a permitir que existan homicidios, desplazamientos y desapariciones”.

En tanto, el titular de la defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla, mostró su preocupación por el tiempo que ha pasado y dijo que se teme por la integridad física y psicológica de la víctima que tenía dictadas medidas cautelares, ya que había recibido amenazas de muerte.

“Seguimos investigando, seguimos pidiendo a las propias autoridades encargadas, la Fiscalía, la propia Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), incluso, los familiares; ya sabemos que tiene familiares en la Ciudad de México y les hemos pedido que nos aporten datos para poder saber dónde se encuentra.

“Para nosotros, el hecho que sea una defensora de los derechos humanos implica eso, que busquemos, que generemos todas las condiciones para que aparezca lo más pronto posible”, afirmó.

El titular de la DDHPO ponderó esperar el avance de las indagatorias antes de determinar alguna hipótesis, ya que se advierte podría ser una desaparición forzada, pero solicitó esperar.

Dijo que Irma Galindo es una defensora y ambientalista que labora en la zona de San Sebastián Atatlahuca, “es una región complicada, que en los últimos meses ha habido hechos violentos, eso nos preocupa, pero tenemos que ser muy serios para poder localizarla de forma inmediata”.

Irma Galindo Barrios de 40 años de edad fue vista por última vez el 27 de octubre, en la Ciudad de México, hasta donde acudió para denunciar ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, la violencia que persiste comunidad indígena de Mier y Terán, que es una de las tres agencias municipales afectadas con la reciente violencia, donde se han reportado agresiones mutuas, que son Guerrero Grande y Ndoyonoyuji.

Antecedentes

Desde hace un año, la activista alertó del conflicto interno que viven las comunidades de Guerrero Grande, Mier y Terán y Ndoyonoyuji, con la cabecera municipal de Atatlahuca, por la disputa de fondos de obras y la tala clandestina de maderas preciosas, como pino y encino.

En noviembre del 2019, la ambientalista fue de las primeras víctimas de la violencia cuando fue desplazada, ya que su casa fue incendiada por los grupos irruptores. Permaneció en calidad de desaparecida y después de 10 días fue localizada con vida en un rancho de unos familiares.

De acuerdo con su propio testimonio, que está en una denuncia que presentó ante la Fiscalía General en ese tiempo, decidió auto protegerse por temor a las amenazas que había recibido de personas cercanas a las autoridades municipales de Atatlahuca y caciques, además de empresarios madereros que la señalan como una amenaza a sus intereses por una lucha que Galindo ha enarbolado en defensa de los bosques.

En su declaración, Galindo Barrios se quejó que, amparados en los usos y costumbres, la autoridad municipal de San Esteba Atatlahuca cometa excesos y dañe el ambiente, como es el hecho de generar una tala irracional del bosque y permitir la operación de aserraderos, los que carecen de permisos federales de parte de la SEMARNAT (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales) y la PROFEPA (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente).

Según con los activistas de derechos humanos, que exigen la aparición con vida de Irma Galindo, las disputas agrarias reportadas en San Esteban Atatlahuca en los últimos años por la pelea de los recursos naturales, han generado varios enfrentamientos con comunidades colindantes, algo que ha dejado como saldo balaceras y quema de ranchos, además de comuneros heridos.

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