La peor historia que ha dejado el COVID en Oaxaca

*Se encuentra aún grave la joven mujer que se contagió de “hongo negro”, posterior a infectarse de COVID 19

*Un calvario han padecido familiares; piden ahora la ayuda solidaria para enfrentar el padecimiento de la víctima, una maestra de inglés que se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Alta Especialidad de Oaxaca

Oaxaca, Oaxaca, Lunes 28 de Junio, 2021 (Fuente: Agencias).- Lizeth Jiménez, una profesora de inglés de 37 años, originaria de la capital de Oaxaca, que  enfermó de COVID 19, pero durante su proceso de recuperación se contagió de un extraño padecimiento conocido como “hongo negro”, su estado es grave y su familia pide ayuda económica a través de  las redes sociales, para cubrir el costo de su tratamiento en el Hospital de Alta Especialidad de Oaxaca.

El fin de semana, la Secretaría de Salud confirmó el fallecimiento de otra persona contagiada por la misma enfermedad, que también estuvo internada en el nosocomio y que era un hombre de 55 años.

Los familiares de esta última víctima han advertido que murió por COVID y ya realizaron la incineración del cuerpo, aunque la Secretaría de Salud estatal, espera los resultados de laboratorio para confirmar las causas reales del deceso, para conocer si fue a consecuencia del “hongo negro”.

La historia

El hermano de la paciente que aún sobrevive al padecimiento de “hongo negro”, Carlos Jiménez Leyva, explica que Lizeth Jiménez -la segunda paciente internada con “hongo negro”-, actualmente recibe atención médica, pero, ante el desconocimiento de la enfermedad, hace que el costo del tratamiento sea costoso para curarse.

“Mi hermana, a partir del día 28 de mayo fue vacunada contra COVID, pero, sin saberlo, ella ya estaba infectada por el mismo virus, tuvo COVID alrededor de unos 15 días, síntomas normales, dolores de cabeza, temperatura alta, un poquito de escurrimiento nasal, ellos se aislaron en otra casita que esta por el municipio de San Jacinto Amilpas, en las afuera de la capital, con la intención de mantenerse en un estado de aislamiento”, dijo en entrevista.

El hermano de Lizeth afirma que, previo a contraer el “hongo negro”, su hermana se aplicó la vacuna de la farmacéutica Cansino y, después en su aislamiento, fue que, como secuela, le detectaron el “hongo negro”, al comenzar a sentir un dolor intenso en las muelas.

“Trascurrieron los 15 días, después mi hermana empieza a presentar dolores intensos de cabeza, muchas molestias en lo que son sus muelas, en lo que es su encía, empieza a tener demasiado dolor, tanto, que nos atrevemos, con mi cuñado, a buscar un dentista que la pudiera atender, avisando que tenía COVID y que la atendieran de la muela; le extraen la muela, pensando que es una muela que se encuentra picada y en mal estado, y le llama mucho la atención al doctor, quien decide que se le haga una biopsia, extraen un pedacito de hueso, le cortan, le extraen atrás de los dientes para extraer un poco de ese hueso dañado”, narró.

“Trascurren los días necesarios, ya que la biopsia de hueso toma unos días; mi hermana se trata de medicar con los analgésicos tradicionales, que son los que se pueden conseguir fácil para los dolores de cabeza, las intensas migrañas, todo eso. Obtenemos el resultado de la biopsia, aproximadamente como el día 17, y de ahí nos arroja que hay un hongo, un hongo en el hueso que lo identifican como el famoso “hongo de la mucormicosis, que es algo que llama la atención; el día 18 logramos que ingresara: agradecemos al Hospital de Especialidades, porque recibió toda la atención desde el mismo día; la atendieron, la aislaron, llamó mucho la atención, se presentaron todos los documentos de los análisis”, indicó acongojado, triste por la crisis familiar que enfrentan por el contagio de su hermana.

Carlos Jiménez advierte que, junto con su hermana, acudieron con médicos dentistas, especialistas, que le extrajeron una muela, pero tras una biopsia, descubrieron que el “hongo negro” penetró en el hueso del rostro y se esparció, por lo que determinaron internarla en el Hospital de Especialidades.

Detalló que, ante la gravedad del caso, “se le hizo una radiografía general de todo el frente y se logran observar manchas negras; luego una tomografía, ya se logran observar manchas negras en la parte frontal del maxilar y en la parte de abajo del ojo, ya se ve que van aumentado”.

Es cuando, sostiene, la empiezan a tratar en el Hospital de Alta Especialidad de Oaxaca, “donde mandan a realizar otra vez la muestra, el infectóloga, y le suministra un  medicamento para mitigar la enfermedad, la Terfucina, pero lamentablemente este medicamento es agresivo e invasivo con el cuerpo, ayuda mucho contra el hongo, pero genera otro tipo de malestares en el cuerpo, pero la intención era combatir al hongo, ya que va avanzando poco a poco y ya va habiendo cierta degradación del hongo; los especialistas deciden intervenir a mi hermana, le levantan para acceder a su maxilar, el rostro y le empieza a retirar partes afectadas por el hongo, como hueso”.

La crisis

En su narración, Carlos Jiménez, con llanto en los ojos, explica que la peligrosidad del contagio por “hongo negro” tiene a su hermana en estado muy delicado.

“La afectación del maxilar es bastante fuerte, le deja hundimientos en rostro, inflamación, hinchazón y, aunado a estos, el medicamento empieza a generar otros problemas, una reacción, empieza a generar piedras biliares y, al mismo tiempo, empieza inflamar el riñón, le es extraída mediante intervención rápida y le tratan de desintoxicar el riñón, porque sí nos dicen que podría llegar a la hemodiálisis, en ese afán, vuelven a mandar muestra al infectólogo, él es quien nos cambia otra vez el medicamento, a otra patente, para ver si es menos riesgosos, pues apenas se consiguió el medicamento y, con la ayuda de mucha gente, nuestro padre, toda la comunidad nos ha apoyado”, precisa.

El calvario para la familia de Lizeth Jiménez no ha terminado, ya que los medicamentos para atender el “hongo negro” son invasivos y afectaron otras partes del cuerpo de la paciente, ello ha causado que hasta los médicos le quitaran hueso del rostro y le extirparan la vesícula, y están buscando desinflamar el riñón”.

En estos momentos, según sus familiares, la condición de Lizeth Jiménez es grave, pero aún hay fe que se recupere.

“Logramos adquirir un medicamento en la Ciudad de México, otro medicamento en Puebla, logramos hacer los traslados, tratando de establecer una dosis que le va durar dos, 3 días máximo, porque no es gran cantidad, es costoso y, a esperar resultados de este medicamento. Tenemos noción, como familia, que es igual de agresivo o un poco menos y va a seguir resultando en cosas posteriores, pero vamos a seguir la lucha, porque esto no se va terminar ni en 5, ni en 10, ni en 15 días, porque realmente mi hermana es una persona alegre que le gustaba estar aquí con nosotros, pero por el momento no se puede”, cuenta en su triste historia.

En estos momentos, la familia de Lizeth Jiménez pide ayuda a la comunidad para cubrir los gastos médicos, pues tan sólo uno de los medicamentos tiene un costo de 75 mil pesos, están angustiados, pero tienen esperanza en que todo saldrá bien, porque aceptan que Lizeth Jiménez era una mujer alegre, que merece una nueva oportunidad de vida.

“Apenas había comenzado a abrir, junto con su pareja, un negocio de renovación de llantas, tenía muchos sueños e ilusiones, pero lamentablemente fue víctima del COVID y del ‘hongo negro’”, concluyó con suma tristeza.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *