Entraron a ejecutarlo

Foto: cocnoticias.com

*Se encuentra imparable la violencia en Oaxaca

*Ejecuciones y balaceras, cosa de Día a Día

Tehuantepec, Oaxaca, Jueves 02 de Agosto, 2018 (Fuente: Agencias).- La violencia de alto impacto se encuentra imparable en Oaxaca. Las ejecuciones y balaceras son cosa del diario. Lo que sucedió en Tehuantepec es cruel y claro ejemplo.

Justo cuando convivía en su domicilio particular, un hombre fue atacado a balazos, quien más tarde murió en un hospital mientras recibía atención médica.

Personal de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) tomó conocimiento de este homicidio para dirigir las indagatorias y poder esclarecer cómo sucedieron los hechos.

Los hechos ocurrieron este miércoles, alrededor de las 15:30 horas, en la calle Tamaulipas sin número, esquina Chihuahua, barrio La Soledad, en el municipio de Tehuantepec, lugar que ocupa una talachería, lugar en el que la víctima se encontraba laborando, en donde presuntamente también tiene su domicilio.

Indican los curiosos que minutos antes se aproximó a su negocio una persona del sexo masculino a bordo de una motocicleta, sin especificar modelo ni color, mismo que sacó de entre sus ropas un arma de fuego y sin mediar palabra alguna, comenzó a disparar en  contra del finado, lesionándolo de gravedad en diversas partes del cuerpo, para después darse a la fuga con rumbo desconocido.

Tras ser atacado a plomazos, los familiares como pudieron lo trasladaron a bordo de una camioneta tipo Ranger color verde, a una clínica particular, donde más tarde murió debido a las lesiones que presentaba.

Los responsables de la clínica dieron aviso a la Fiscalía de la Agencia del Ministerio Público para que tomaran conocimiento de este deceso de forma violenta.

Más tarde levantaron el cadáver para trasladarlo al descanso, para realizarle la necropsia de ley; en tanto que los agentes integraron el legajo de investigación por el presunto delito de homicidio en contra de quien o quienes resulten responsables.

Posteriormente, el cuerpo fue reclamado por sus familiares, entre ellos su padre Efrén, quienes indicaron que en vida respondía al nombre de Moisés C. M de 31 años de edad, de ocupación empleado municipal.

En el lugar del ataque armado encontraron un casquillo percutido calibre 9 milímetros, además de un enorme charco de sangre.

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