Oaxaca: Inspiración de «Coco»

Foto: Julio César Hernández/El Heraldo de México

*El maestro Jacobo Ángeles narra cómo durante cuatro años instruyó a Disney para hacer del filme un homenaje a la cultura mexicana

Oaxaca, Oaxaca, Sábado 07 de Julio, 2018 (Fuente: El Heraldo de México/Miriam Lira).- “Que el Sol los ilumine y que el viento los guíe, para que su espíritu y cuerpo estén juntos siempre y no los atormenten los miedos”, expresa el maestro Jacobo Ángeles cada que alguien atraviesa el portal de Jacobo & María Ángeles, taller de artesanos en el que se crean figuras talladas en madera llamadas tonas y nahuales, conocidas como alebrijes.

Ubicado en San Martín Tilcajete, comunidad zapoteca de los valles centrales del estado de Oaxaca, este es el sitio al que innumerables veces regresó, durante cuatro años, la producción de Coco de Disney Pixar para entender la cosmogonía del pueblo mexicano.

Olor a copal, paredes de colores en las que fortuitamente se leen mensajes como: “Si compartes aprendes, si convives disfrutas y si enseñas recibes”, murales de más de 10 metros de altura, plantas, flores, xoloitzcuintles, una cocina humeante, una caja para dejar los celulares y monstruitos asomándose en cada rincón, dan la bienvenida a este lugar surrealista en el que trabajan 150 padres y madres de familia.

En el estudio nada hace referencia a Coco, más bien al revés. Jacobo Ángeles, quien forma parte de los Grandes Maestros Artesanos de Iberoamérica explicó que, para él, el proceso fue natural: “Ellos llegaron en 2012 como cualquier otro turista, y nosotros nos encargamos de leerles sus nahuales (al nacer una persona también nace un animal, el cual se convierte es su guía y protector), les explicamos que existe gente tan conectada con su animal espiritual que puede transformarse en ellos. Ahí empezó todo”.

En San Martín la vida se va haciendo alebrijes. El copal es su materia prima, la cal, el limón, la granada y el carbón son sus pigmentos y para su gente compartir es la filosofía: “Los ilustradores conocieron sus nahuales y de inmediato, incluyeron los alebrijes a la película, no son monstruitos improvisados cada uno representa a alguien del equipo”.

“Dicen que un día mi tía Estela los sorprendió gritando con la chancla en la mano. Qué bárbara, ahí nació Mamá Elena, la hija de Coco”, recordó Jacobo. Estela Fabián Mendoza es quien cocina todos los días para los más de 100 trabajadores del taller. “Ninguno nos esperábamos aparecer en el filme, fue hasta que lo vimos que nos fuimos descubriendo”, complementó Jacobo, “así hemos sido toda la vida”.

De la combinación de tres xolos: Copal, Frijol y Orejas, que es medio gruñona, nació Dante, el perrito callejero y juguetón que aparece en la cinta: “Frijol ya falleció. Mis perritos siempre andan libres y por todo el pueblo, ellos son Dante, pero, no son los únicos famosos (ríe), yo soy el papá de Miguelito”.

“Ya en serio más allá de que nuestras ventas hayan incrementado, lo mejor de Coco es que dignificó a los mexicanos y su cultura. Hay muchos extranjeros que jamás sabrán dónde está Oaxaca, pero ubican perfecto el pueblo de Coco y eso ayuda. Es un inicio”, finalizó.

 

CONFLICTO LEGAL

 

Carlos Tortolero, fundador y presidente del National Museum of Mexican Art en Chicago fue quien emprendió la batalla legal que terminó en que el nombre “Día de Muertos”, siguiera perteneciendo a los mexicanos.

 

CIUDAD DE OAXACA

 

En la calle Reforma se ubica la zapatería La Fama, propiedad de la familia de Ezequiel Méndez, quien fue la inspiración del Tío Berto en la película de Disney. Su negocio ofrece servicio desde hace 150 años. Tres generaciones han preservado la tradición del zapatero en Oaxaca.

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