PASANDO LISTA DE PRESENTE

Raúl MALDONADO ZURITA*

DON BELISARIO DOMÍNGUEZ, MONUMENTO DE HONOR A LA PALABRA

*Un 07 de octubre de 1913 lo torturan, le cortan la lengua y asesinan al senador chiapaneco por decir la verdad

Oaxaca, Oaxaca, Lunes 07 de Octubre, 2019.- PASANDO LISTA DE PRESENTE en el aula de la vida para decirte, que el 7 de octubre se recuerda la valentía, el honor, la integridad de un mexicano defensor de la democracia: Belisario Domínguez. Era tiempo de levantar la voz, y él lo hizo con entereza. Callar no sólo fue signo de cobardía sino de traición a valores y principios. Y llamó “Chacal”, “usurpador”, “asesino” y “traidor” a Victoriano Huerta. Ello le costó la vida. Su lengua fue cercenada y enviada como trofeo al chacal.

A lo largo de la historia han caído honrando las causas sociales quienes, con el poema de la valentía y el decoro, han expresado: ¡PIDO LA PALABRA!

Oponiéndose a corruptelas, a las mentiras, a la soberbia y a la prepotencia de la que hacen gala los enfermos del “síndrome del ladrillo”; han sido los oradores, plenos de verticalidad, los que han sufrido la “operación guillotina”, recurso vil de dictadores y de fantoches.

Una de las lecciones que nos dejó Don Belisario Domínguez es sobre el ejercicio pleno de la libertad de expresión. Su palabra fue convertida en vía de acción desde su periódico «El vate» hasta su histórico discurso en la cámara de senadores.   Grande fue su fe en la prensa. Postuló la necesidad de que la sociedad creara sus propios medios, aun cuando estos fueron modestos. Para él, la libertad de palabra no era un atributo ornamental, sino un recurso vital de la existencia.

En el catálogo cívico de la patria, abundan oradores, orfebres de la palabra libre, expositores de ideales nobles y colectivos, tenemos a Ricardo Flores Magón, orador, poeta y periodista oaxaqueño.

Demóstenes expresó: “las palabras que no van seguidas de los hechos no valen para nada”, el genio de la oratoria fue el último defensor de la democracia en Atenas. Él es el padre de la oratoria y Atenas su cuna.

He aquí el decálogo del orador joven de José Muñoz Cota:

1.- Hablar en público y hablar bien es un privilegio, pero al mismo tiempo es una responsabilidad.

2.- El orador señala caminos; tiene el compromiso de no equivocarse.

3.- Que no hable quien no sepa lo que dice. La cultura universal no es un instrumento para el éxito del discurso; es el alma de la palabra. La tribuna no es asilo para la ignorancia.

4.- El artesano hábil cuida su herramienta de trabajo; el orador estudia y pule su lenguaje, abreva en el modelo de los grandes maestros.

5.- Todo fondo implica forma, no hay discrepancia, la verdad no está reñida con la belleza. Persuadir y convencer son tiempos unidos de estilos discursivos.

6.- Los enemigos de la oratoria son los tartamudos de la conciencia. Pensar y expresarse son parte de la vida indivisible y única.

7.- Tarde o temprano el orador habla en nombre de la patria y se transforma en guía, orientador, en maestro.

8.- La conciencia nacionalista se manifiesta mediante la expresión. Conciencia y expresión son ejercicio vital.

9.- La oratoria de los jóvenes es el espejo de su personalidad, no se empaña ni se vende.

10.- No subas a la tribuna sin una causa justa que defender, no bajes de ellas sin la incertidumbre de la dignidad cumplida. Con esto sabrás, joven orador, lo que entraña el valor de la propia estimación: que la palabra nace comprometida con el pueblo y la clase social a que se pertenece. Es un don magnífico; pero es una obligación impostergable.

*PREMIO ESTATAL DE LA JUVENTUD BICENTENARIO 2010, MAESTRO EN LITIGACIÓN EN JUICIOS ORALES

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