“Naturalezas muertas” en la Henestrosa

Staff OAXACADIAADIA

Oaxaca, Oaxaca, Miércoles 08 de Mayo, 2019.- La Biblioteca “Andrés Henestrosa” te invita este viernes a la inauguración de la exposición “Naturalezas muertas”, de Alfonso Barrera Muñiz.

Dibujos sobre papel e intervenciones

Sobre el tema, escribe Guillermo Santos: «Como ocurre con los grandes temas del arte, el de la naturaleza muerta nos induce a pensar en una insospechada y sumamente creativa línea histórica. Es un tema que surge, una y otra vez, tanto en nuestra mente como en la misma historia del arte. Una serie de elementos puede, como nos indica Alfonso Barrera en esta exposición, devenir en naturalezas muertas. Acaso porque el mundo en el que vivimos tiende a hacer de la materia viva su opuesto exacto; o mejor diríamos, que los actos humanos reproducen esta poética de lo tanático que se multiplica sin cesar y que, en realidad, ya no es poética y creación, sino descomposición. El arte sería precisamente el signo contrario.

Guy Davenport, en su imprescindible ensayo Objetos sobre una mesa, nos informa que los primeros bodegones y naturalezas muertas fueron representados en las tumbas egipcias, donde se escenificaban reuniones de frutas y otros alimentos, objetos valiosos como joyas o trastos rituales ornamentados. Estos elementos eran puestos, evidentemente, para los faraones, para que pudieran tomar de la piedra pintada las formas eternas que necesitaría su alma para subsistir en ese viaje larguísimo: seguir alimentándose ya no de cuestiones terrenales sino de figuras eternas. La metáfora no deja de ser fascinante. Como podemos ver, ciertas nociones son tan antiguas como los tiempos remotos.

Si confiamos en Davenport, la idea de naturaleza muerta podría constituir, incluso, una de las raíces de la pintura. La mente egipcia nos da lecciones fascinantes de estética. Lo importante, como sugiere Davenport, no es si encontramos antes de los maestros holandeses la noción de naturaleza muerta, sino que ciertas cuestiones resultan más o menos imperecederas. Ciertas ideas suelen ocultarse incluso por siglos. Y resurgen una y otra vez. Los bodegones, que pueden contener tanto alimentos como metáforas de la fugacidad humana (cráneos, relojes, instrumentos) son, esencialmente, objetos de contemplación. La naturaleza muerta es uno de los grandes temas de la cultura.

Para Alfonso Barrera la noción de naturaleza muerta le permite desplegar una peculiar idea de figuras que, reunidas, formarían un panorama de la historia del hombre actual: animales extintos o a punto de extinguirse; objetos que reemplazan las formas orgánicas por elementos plásticos; brazos arrancados de cuerpos que han sido martirizados; cadáveres desperdigados sin el orden que, nos imaginamos, debe tener el cuerpo de un muerto. En suma, podemos sospechar que todo lo que Barrera nos presenta es una crítica al estado de nuestro mundo, que parece desacralizar todo, insertar en su maquinaria toda clase de elementos para ser destruidos. Sin embargo, violencia ha habido siempre en la historia humana, que parece estar hecha de conquistas regadas con sangre. Incluso así nos queda la sensación de que nuestro tiempo o nuestras costumbres han hecho de la extinción su sello característico. Frente a todas estas extinciones palpables el ser humano se encuentra, también, al borde de su desaparición. Un ejemplo sería el del fin de las abejas, cuya existencia posibilita la nuestra. En algunos años, ciertas zonas del planeta serán inhabitables. Lenguajes, animales, plantas, personas desaparecen todos los días. Esta es una de las estelas que el artista trata de imaginar a través de los dibujos colocados aquí.

Cierta pesadumbre parece desprenderse de la obra de Alfonso Barrera. La gravedad que su trabajo proyecta puede derivarse de dos elementos esenciales: el material, la densa y oscura capa que refleja su trabajo pictórico, por un lado y, por otro, los temas que surgen por doquier, la pesadumbre que se sostiene y multiplica como sentimiento constate. Una estética oscura suele manifestarse en cada pieza. Una cierta ilusión de tristeza se adhiere a los dibujos. Esto no significa, como sugiere una mirada reduccionista, que se trata de un artista “negativo”. Como él mismo sospecha, a veces la oscuridad se busca en la pintura para resaltar la luz, como sucedía con los tenebristas: luz y sombra son elementos fundamentales en los dibujos de Barrera, sólo que el creador ha preferido este matiz de gravedad incierta que parece flotar por doquier. Alfonso Barrera parece obsesionado con obtener lecciones de oscuridad. Los dibujos aquí expuestos son bellos, buscan la forma y el equilibrio a través de la rudeza del trazo, la armonía entre temas sugerentes y la frágil existencia humana.»

*Guillermo Santos

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