Alebrijes, figuras oníricas desde el corazón de Oaxaca

*Los alebrijes se popularizaron gracias al documental que sobre Pedro Linares realizara Judith Bronowski en 1975

*Artesanías que se hacen a mano y que provienen de los sueños de Pedro Linares López

Oaxaca, Oaxaca, Martes 16 de Octubre, 2018 (Fuente: www.xataka.com.mx).- Llenos de brillantes colores, a veces elaborados en cartón y otras en madera, combinando figuras de distintos animales en un solo cuerpo, así son los alebrijes, artesanías que se hacen a mano y que provienen de los sueños de Pedro Linares López.

En 1936 a la edad de 30 años, Pedro cayó enfermo y estuvo inconsciente, mientras dormía soñó que se encontraba en un bosque apacible, en el que de pronto las rocas, las nubes y todo lo que lo rodeaba se convertía en seres extraños: un gallo con cuernos, un burro con alas, un león con cabeza de águila, en general las criaturas que veía en su sueño febril tenían colores brillantes, alas, cuernos, colas, dientes amenazadores y ojos que parecía que se saldrían de sus cuencas, todos ellos gritaban la palabra «alebrije», una palabra que en ese momento no significaba nada, pero poco después le dio nombre a esta artesanía mexicana del siglo XX.

Los alebrijes se popularizaron gracias al documental que sobre Pedro Linares realizara Judith Bronowski en 1975. Como cartonero Pedro Linares López trabajó para figuras del medio artístico como Diego Rivera o Frida Kahlo, se especializaba en hacer «judas» de cartón para la Quema de Judas que se sigue haciendo en muchos lugares de México durante la semana santa, también hacía piñatas y máscaras para el carnaval.

Además, enseñó el oficio a sus hijos, quienes aún el día de hoy continúan haciendo figuras de cartón, especialmente alebrijes, tal como puede verse en el video que encabeza estas líneas, ellos siguen vendiendo parte de su producción en el barrio de La Merced, en la Ciudad de México.

Existe la creencia de que los alebrijes pueden cuidar los hogares al «espantar» a los malos espíritus, especialmente aquellos alebrijes con un aspecto más «monstruoso», serían los más indicados para llevar a cabo este cometido, lo que sí es que a pesar de haber salido del sueño de Pedro Linares, no surgieron de la nada, ya que la cultura mexicana está llena de imágenes e influencias tanto de la cultura china, como de la cultura gótica, e incluso siempre ha habido quienes le ponen cara a la muerte, o a la calaca, e incluso hacen ilustraciones o dibujos más macabros, tal como hiciera en su época José Guadalupe Posadas.

 

Tradición que vive en Oaxaca

 

Aunque Pedro Linares era originario de la Ciudad de México, hay un poblado en Oaxaca llamado San Martín Tilcajete donde se da vida a estos animales fantásticos a través de la talla en madera, y donde son decorados con motivos de la mitología zapoteca, donde se piensa que cada ser humano que nace viene acompañado de un animal que lo guiará durante su vida, denominado nahual, esos nahuales han tomado el nombre «moderno» de alebrijes, y aquí se ha continuado con la tradición comenzada por Pedro Linares.

Para la talla de estas delicadas figuras se utiliza madera de copal que es muy suave y fácil de manejar, para teñirla se utilizan pigmentos naturales como la ceniza del copal, el bicarbonato, la cal y la miel, los detalles se ponen con añil, huitlacoche o cochinilla para dar esos vivos colores que los caracterizan y dependiendo del tamaño del alebrije será el tiempo que dure su elaboración, desde algunas semanas hasta años.

Los alebrijes se venden muy bien en nuestro país, pero también en el extranjero, las familias de San Martín Tilcajete cuentan que han llevado sus tallas en madera a lugares tan distantes como los Estados Unidos, Canadá o Alemania.

Estos monstruos sacados de un sueño, han sido reproducidos, pero también son cada vez más los artesanos que sacan de su propia inventiva otras figuras que combinan partes de varios animales en un solo cuerpo, y luego están también las figuras adoptadas y adaptadas de otras culturas como los dragones, los marcianos, animales del mar entre otros.

 

La Ciudad de México y los alebrijes

 

En el museo Anahuacalli de la Ciudad de México se alberga un alebrije de gran tamaño fabricado por Pedro Linares a petición de Diego Rivera, y al ser figuras tan emblemáticas de nuestras artesanías contemporáneas, el Museo de Arte Popular de la ciudad, desde el año 2007 implementó un desfile de alebrijes de gran escala llamado Noche de los Alebrijes.

Este año el desfile empezará a las 12:00 del 20 de octubre, y en el recorrido que va desde el Zócalo capitalino hasta el Ángel de la Independencia recorriendo Paseo de la Reforma se podrán apreciar más de 200 alebrijes que nacen de la imaginación y la creatividad de los artesanos mexicanos. Sin duda es un espectáculo que hay que ver al menos una vez en la vida, pero si por alguna razón no puedes estar ahí el 20 de octubre, las figuras se quedarán en exhibición hasta el 4 de noviembre.

Así que sin importar si el alebrije es grande o pequeño, lo cierto es que es una de las artesanías modernas de nuestro país, y una de las poquísimas a las que se les conoce con precisión su origen.

Hablando de origen, fue el propio Diego Rivera quien expresó que ninguna otra persona podía hacerlos puesto que Don Pedro era el verdadero creador.

Justamente en reconocimiento a su trayectoria como artesano es que el Gobierno de México en 1990 le otorgó el Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares, apenas dos años antes de su fallecimiento.

Como dato curioso, en la película Coco se utilizaron las figuras de los alebrijes y los nahuales (como Dante) para representar a esos seres que guían a los muertos en su camino por el inframundo, además de que Coco fue una de las películas más taquilleras del año pasado, también fue un gran homenaje a las tradiciones mexicanas (alebrijes incluidos).

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