Militares y federales riñen por los víveres

Oaxaca, Oaxaca, Miércoles 27 de Septiembre, 2017 (Fuente: Agencias).- En Oaxaca, en la zona de desastre, en la base militar de Ciudad Ixtepec, en la región del Istmo, se suscitó un roce entre elementos de la Policía Federal y el Ejército Mexicano, por el traslado y manipulación de víveres destinados para la ayuda humanitaria de los afectados por el terremoto del pasado 7 de septiembre.

Lo anterior fue exhibido en un video, difundido por activistas y estudiantes de una escuela privada que levantaron una queja, debido a que un mando militar no les permitió el paso de víveres al hangar, a pesar que iban resguardados por elementos de la Policía Federal.

El altercado se debió a que por la fuerza trató de ingresar a la base militar un Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Federal, tratando de cruzar cerco el militar, lo que generó un mal entendido, donde el responsable de la octava región militar, Alfonso Duarte, ordenó arrestar en la base aérea militar a un mando de la Policía Federal al acusarlos de robar despensas para los damnificados.

En el video de poco más de cuatro minutos, se observa cuando el mando castrense despliega a efectivos del Ejército dentro de la instalación militar para detener a los federales mientras cargaban la ayuda en tres camionetas radio patrullas (CRP) de la corporación.

La ayuda había sido enviada por alumnos de la Universidad de Guanajuato. Los universitarios habían acordado con la unidad militar que los policías federales sacarían las despensas de la base aérea militar para trasladarlos a Juchitán.

 

–Ustedes no son nadie para descargar las despensas.

–¿Quién les ordenó?, preguntó el militar.

 

–Permítame general –le dijo un elemento de la Policía Federal–.

 

—¡No le permito nada!, señor. Aquí está el hecho. Llame a su jefe y que se presente acá. ¡Deténgalos!

 

–¡Órale! –ordenaba a gritos el jefe castrense–.

 

Enseguida, los militares pretendieron desarmar a los federales, pero éstos se resistieron.

 

—¡Desármenlos!, ¡desármenlos! –gritaba el mando castrense–.

 

Molesto, encaró a los federales que lo grababan con sus teléfonos celulares.

 

–“Órale, graben, graben, graben que ustedes se están robando las despensas. Eso es lo que está sucediendo. Están atracando allá afuera. Están bajando las despensas de un tractocamión para llevarse las despensas –soltó furioso–.

 

Una voluntaria le explicó al jefe militar que los federales, en efecto, estaban apoyando en el reparto de las despensas.

Mientas la mujer daba la explicación, creció la tensión entre policías y militares porque éstos les impidieron acercarse, bajo el argumento de que ahí no tenían ningún derecho porque estaban dentro del campo militar.

 

–No me toques, no tienen ningún derecho. No me empujes –decía un federal a un soldado–.

 

El general de la Octava región Militar, Alfonso Duarte, se defendió argumentando que la ayuda humanitaria sólo la puede entregar a los damnificados, el Ejército y la Marina.

“No sé cómo son generales. Por eso está México como está. Si tienen maña de tratar así a su gente, a nosotros no. Estamos apoyando aquí al pueblo. No andamos robando. Andamos trabajando día y noche igual que ustedes”, dijo molesto otro efectivo del GOE.

Otro video de tres minutos con 38 segundos mostró a un familiar de la presidenta municipal de Juchitán, Gloria Sánchez López, en el momento en que desalojaba a un grupo de personas que se quejaban del proceder de las autoridades.

Esas personas acudieron al domicilio de Sánchez López para reclamarle el uso faccioso que hace de la ayuda a damnificados.

En tanto, en la ciudad de Oaxaca denunciaron que en una bodega ubicada detrás de un banco de Plaza del Valle, el gobierno está concentrando las despensas y toda la ayuda humanitaria que llega a la entidad, y al final las presenta como si fueran del DIF estatal.

La bodega, con rótulos de material eléctrico, tiene dos salidas en calles distintas. Está ubicada en la privada del Faisán, en la colonia Ex Hacienda de Candiani, y es custodiada por un policía auxiliar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *