Zaachila, oferta multicultural a través del Día de Plaza

*Con una amplia gama de productos frescos tradicionales, el mercado de Zaachila es uno de los más bellos de Oaxaca y del mundo

Oaxaca, Oaxaca, Viernes 05 de Mayo, 2017 (Fuente: Comunicado).- Son las ocho de la mañana y a lo largo de los casi mil metros que cubren algunas secciones de las calles “Vicente Guerrero”, “10 de enero”, “Pezelao”, “Cosijoeza” y “Danniguibechi”, más de 700 locatarios comienzan a instalar sus puestos como cada jueves, Día de Plaza en la Villa de Zaachila, un mercado tan mestizo como el nombre de sus calles.

Los vendedores de barbacoa son los primeros en llegar. Barren su espacio, instalan el mobiliario, llenan los anafres con carbón y les prenden fuego, aquí, en este momento, es cuando la magia comienza a surgir y el vapor que expiden tanto los caldos como la carne, que se cuece lentamente a baño maría, comienzan a inundar el lugar.

El olor a chiles mezclados con la hoja de aguacate, la pimienta y el laurel, opacan en cierta medida el fuerte olor a la carne de chivo, la cual al cabo de unas horas se volverá tan jugosa que se desmenuza al tocarla.

Avanza la mañana, y cada vez más gente de poblados cercanos como San Martín Peras, La Lobera, San Lucas Tlanichico, y otros más lejanos como Santa María Atzompa, embellecen sus puestos con artesanías típicas: hermosas ollas de barro, se mezclan con bellas jícaras y canastos de carrizo.

El mercado “Alarii” se abarrota los jueves: donde antes había cinco tortilleras ahora hay diez; lo mismo sucede con los puestos de comida ya preparada y el menú se amplía: patitas de cerdo en vinagre, higaditos con huevo, quintoniles hervidos y brócoli capeado, opacan al tradicional huevo con arroz, chorizo con papas y verduras hervidas.  En el exterior del mercado también se encuentran las fondas que ofertan el tradicional mole negro, el coloradito, verde de espinazo, estofado, frijoles con pata y caldo de pollo.

Algo parecido ocurre con los panes: el marquesote y el pan de yema, llaman la atención de los comensales, sin embargo, el único pan que se expende recién hecho es el de las familias zaachileñas, quienes, a pesar de competir por la venta de sus productos, ven en esta actividad una plataforma para sobre salir, ya sea por la frescura de sus productos o por su elaboración tradicional.

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