Exigen castigo por feminicidio

*De acuerdo con un registro de casos de la sociedad civil del 2010 a la fecha van 559 asesinadas

Oaxaca, Oaxaca, Martes 20 de Diciembre, 2016 (Fuente: Agencias).- Quienes suscribimos, organizaciones, profesionistas, activistas y particulares que impulsamos acciones a favor de la garantía y el respeto de los derechos humanos de las mujeres, exigimos alto a los feminicidios y justicia para las víctimas en Oaxaca.

El pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, en la agencia de San Pablo Güila, Distrito de Tlacolula de Matamoros, encontraron el cuerpo abandonado y sin vida de Rosaura Cruz, adolescente de 13 años de edad.

Este hecho terrible y condenable  debe ser reconocido como un feminicidio, entendido con base a la Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia, como: la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.

A la fecha el caso está en completa impunidad, las autoridades encargadas de impartir justicia no han hecho un adecuado seguimiento a la investigación para el esclarecimiento del crimen de odio contra esta mujer adolescente, su familia no ha sido debidamente acompañada y en la comunidad se vive inseguridad y miedo.

 

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS

 

El día viernes 25 de noviembre, en las inmediaciones de la carretera a la comunidad de San Felipe Güilá y Tierra Blanca, en el paraje conocido como Cerro Chico,  San Pablo Güilá, pobladores de la zona encontraron el cuerpo sin vida de Rosaura de 13 años con el rostro desfigurado y cubierto con una blusa azul, el cuerpo desnudo, ensangrentado y con rasgos de  violación.

Tras confirmarse el deceso, al lugar acudió personal de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y del Ministerio Publico, quienes observaron el estado del cuerpo y la trasladaron como desconocida al Servicio Médico Forense del Estado donde se realizaron trámites del certificado de defunción y reconocimiento del cuerpo.

Familiares dijeron que la tarde del 22 de noviembre, la adolescente acudió al baile realizado por el festejo del Día del Músico en la comunidad de san pablo Guila en honor a Santa Cecilia, desde esa noche desapareció y fue encontrada al tercer día.

De familia de escasos recursos, hablantes de legua indígena (zapoteca). Rosaura trabajaba en los invernaderos de San Pablo Güilá, la asesinaron, la ultrajaron, le arrebataron el derecho a la vida.

A su madre no se le dio el apoyo adecuado, la asesoría legal jurídica para presentar su demanda y exigir justicia ante la muerte de su hija.

Este feminicidio, refleja el odio, la misoginia extrema, el peligro e inseguridad en la que ahora viven las mujeres en la comunidad de origen de la víctima.

Se trata del primer caso de este tipo en la comunidad de San Pablo Güila, lo cual ha estremecido a la población, generando un clima de miedo, inseguridad y vulnerabilidad, principalmente de las mujeres, niñas, adolescentes y jóvenes de la comunidad.

Este hecho es ahora un reflejo de la ruptura en la dinámica comunitaria por la desconfianza, miedo e incertidumbre al saber que los culpables están libres.

Se presume que no hubo un debido proceso para el esclarecimiento de los hechos, ya que se contaba con las pruebas correspondientes como lo es una cadena de oro obtenida como evidencia del presunto responsable, además en el lugar fue encontrado un palo, utilizado como arma para cometer el delito, la cual presentaba huellas.

Este hecho es un claro ejemplo de negligencia  y omisión del estado al no continuar las investigaciones, no castigar al culpable y no  hacer justicia para  los crímenes de odio contra las mujeres, lo que se agudiza en los casos de comunidades que no cuentan con las condiciones de acompañamiento y acceso a la justicia. En el feminicidio de Rosaura, a la discriminación de género, se suman  la discriminación  por ser joven y por su condición social y étnica.

En este caso, particularmente por ser una mujer joven se vuelve más vulnerable, pues existen varios estigmas acerca de las mujeres como que deben estar en su casa, no salir a fiestas, no divertirse, entre otras, y se cuestiona y sanciona moralmente que una joven esté afuera de su casa a determinadas horas. Lo que si bien es cierto, es que la violencia no se justifica de ninguna manera

 

ANTE ESTE SUCESO:

 

Exigimos el esclarecimiento del feminicidio de Rosaura Cruz, que se suma a la cifras de víctimas de la violencia machista en nuestro estado, de acuerdo con un registro de casos de la sociedad civil del 2010 a la fecha van 559 asesinadas, de las cuales 7 se han cometido en los primeros 13 días de la actual administración estatal.

De manera urgente, solicitamos la intervención de la Fiscalía de Justicia del Estado de Oaxaca, La fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Mujer por razón de Género, La Secretaría de la Mujer  Oaxaqueña, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca,  para que implementen acciones efectivas  en apego a la obligatoriedad con base a las leyes General y Estatal de Acceso a una Vida Libre de Violencia, acuerdos, recomendaciones, tratados y convenios ratificados por el Estado mexicano y de aplicación en materia de derechos humanos, justicia y protección aplicables en el ámbito local para realizar la investigación, el acompañamiento a víctimas –familias y en la comunidad- y dar castigo los culpables.

Exigimos respeto por la vida de las mujeres, justicia para las víctimas, sus familias, restitución del daño.

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