Rector de UABJO, sin permiso para “regalar” estadio
*Cristian Eder Carreño López, Rector de la UABJO miente, no tiene permiso del Consejo Universitario de regalar (comodato 50 años) el estadio Eduardo Vasconcelos, patrimonio Universitario
*La UABJO no ha recibido nada, nada en 100 años de comodato anterior.
*No se están obteniendo otros edificios o predios que indemnicen este despojo abusivo
*Los Universitarios no seremos cobardes y agachados ante el claro robo universitario
Oaxaca, Oaxaca, Viernes 08 de Noviembre, 2024 (Fuente: Agencias).- Ha pasado cerca de un lustro desde que el gobierno del estado regaló a la UNAM (que recibe cincuenta veces nuestro presupuesto) lo que anteriormente había entregado a la UABJO: el edificio que albergó el Tribunal Superior de Justicia (ubicado en la esquina Independencia y Melchor Ocampo, Centro Histórico de la capital de Oaxaca).
Ante el silencio de todos, se obsequió una parte de nosotros sin problemas ni protestas a una universidad central a la que poco le ha importado apoyar a otras universidades autónomas del país, y que, para colmo de cinismo, hoy ofrece en nuestras narices carreras que por años la UABJO ha ofertado a la sociedad oaxaqueña.
De igual manera, han pasado dos rectores después de que el estadio de beisbol “Eduardo Vasconcelos” y el predio lateral fueron entregados por cien años en comodato a intereses ajenos a los universitarios; dos rectores y hasta el momento, el documento de cesión no ha sido expuesto a la comunidad universitaria, casi diez años sin saber quién o quienés fueron los que cedieron esos bienes a particulares, años sin que, hasta la fecha, se hayan deslindado responsabilidades.
Esperamos, por tanto, que si no se tiene la capacidad jurídica, política, financiera y moral para ampararse ante lo que está sucediendo en nuestra narices, no se está obteniendo otros edificios o predios que indemnicen este despojo abusivo, al menos se tenga la decencia de presentar el proyecto a la máxima autoridad universitaria para que cada uno pase a la historia de la universidad como un defensor o como un cobarde que no cuestionó ni enfrentó este pedante proyecto que, aunque promete en cincuenta años ser entregado a la universidad (si es que sucede), poco en verdad le servirá a la esencia universitaria, que es la academia, la investigación y la cultura, tener un elefante blanco que rentar para la venta de gorras, papas y cerveza de un sector de la población que, al parecer, poco le importa la formación de las futuras generaciones como profesionistas, como médicos, contadores, abogados, arquitectos universitarios, como contribuidores de su sociedad.