La justicia en Oaxaca y en México, pisoteada

Foto: revistaecclesia.com

*¿Corrupción con aroma de mujer?

Oaxaca, Oaxaca, Sábado 16 de Julio, 2022 (Fuente: Agencias).- La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, o peca de inocente o encabeza un grupo de miembros de ese importantísimo poder judicial dedicados a construir complicidades, a costa de la ruptura constitucional (Poder Judicial del que se espera sea el fiel de la balanza, manteniendo el equilibrio de poderes que debe regir en todo Estado de Derecho), sin poder descartar que, esto seguramente pase en otros estados de la república.

En Oaxaca, cuyo gobierno destaca en este sexenio por sus nulos resultados y por el más escandaloso saqueo, al no verse obra ni avance alguno en los niveles de vida de la población, se ha, principalmente, caracterizado por el nulo respecto a las instituciones, y ni se diga de la ley.

Lo anterior pudiera casi entenderse por quien encabeza el gobierno y por los audios en los que se escucha la voz inconfundible de su padre, y que confirma la falta de valores y mística en el servicio público de los miembros de esa familia y de la fortuna de la que se han hecho a costa del bienestar general de las y los oaxaqueños; baste escuchar en el último de los audios donde participa José Murat Casab. “Alito” es claro y preciso: los empresarios sólo le dieron 500 mil dólares, 10 millones de pesos, lo mismo que tú me diste (refiriéndose a Murat). Quienes lo conocen, saben perfectamente que Murat es incapaz de desembolsar esa cantidad, que es una verdadera fortuna para la mayoría de los mexicanos, para fines de altruismo político. Con el mayor cinismo dice que no es su voz, pero escuchando la grabación con Javier Duarte, donde se ve que cobrará su diezmo y la que sostiene con Ricardo Monreal, para comprobar que su peculiar tono de voz y forma de hablar es indiscutiblemente de él.

Todo lo anterior, aunado, un mucho, a lo que ha sido un secreto a gritos: José Murat no ha dejado gobernar a Alejandro Murat, su hijo, a quien a gritos somete. Oaxaca no ha podido ser gobernada por quien prometió un milagro y acabó en catástrofe. Pues bien, en ese afán de querer controlar al Poder Judicial, poniendo a sus incondicionales más serviles Moisés Molina y Abraham Soriano, violentaron todo el procedimiento de selección ante la simple sumisa mirada del gobernador.

La descarada imposición del gobernador, cumpliendo órdenes de su padre, motivó una serie de juicios de amparo tendientes a restablecer la Constitucionalidad en dichos procedimientos y frenar los excesos de un poder meta institucional.

Posteriormente, también con serios vicios, se inició otro procedimiento para nombrar a cinco nuevos magistrados, se hizo fast track, o coloquialmente hablando, al chingadazo. Ahí se inscribieron nuevos incondicionales y algunos más, apoyados por quienes harían cobro de favores.

De manera visible, el gobernador impuso a Juan Díaz Carranza y Berenice Ramírez Jimenez. Por efecto de una lucha legal, dada con estoicismo por varios magistrados y una magistrada, así como por diversas abogadas y juezas del Poder Judicial del Estado, no les quedó de otra que reconocer la trayectoria judicial de Sofía Altamirano Rueda, Roxana López Luna y Alejandro Magno Gonzales Antonio.

Díaz Carranza, hijo de un entrañable amigo de José Murat. Berenice Jiménez es esposa de Juvenal Carvajal Díaz (oaxaqueño), coordinador de ponencia de la Ministra Yasmín Esquivel Monssa y era secretaria del Consejero de la Judicatura Federal, Alejandro Gonzales Bernabé; y es aquí donde se empieza explicar el entramado y tráfico de influencias, en la no ratificación de varios magistrados y en los nombramientos de quienes ocuparían esos cargos, así como el de los dos anteriormente nombrados.

En su único propósito de librarse de cinco magistrados y una magistrada, incómodos y señalados de no apoyar al entonces espurio presidente del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca, Raúl Bolaños Cacho Guzmán (amigo y compañero de juerga de José Murat, en cuyo sexenio ocupó el mismo cargo); el papá del gobernador buscó directamente a Constancio Carrasco Daza (oaxaqueño y jefe moral del ahora consejero Bernabé, a quien hizo magistrado cuando fue él consejero) y director en el mismo Consejo de la Judicatura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con quien le ligan también fuertes intereses.

Así pues, Constancio y Bernabé ordenaron el apoyo al presidente del tribunal colegiado que conocía del amparo en revisión, Roberto Meixueiro Hernández (oaxaqueño), y así se le indicó se coordinara con José Octavio Tinajero Zenón, consejero del gobernador, a quien de manera cotidiana se le veía por los tribunales federales. Fue tan aberrantemente obsequioso Meixueiro, que se volvió parte defensora del gobierno oaxaqueño, en un asunto de carácter netamente administrativo, como los es el nombramiento de magistrados y que dicen los que si saben de derecho, se procede a estricta petición de parte, el magistrado federal siguiendo indicaciones de sus correligionarios, y claro que en mira de sus propios intereses, de manera espontánea fue subsanando los reiterados errores del ahora su gran amigo Tinajero, hasta dictar una sentencia obsequiosa a los intereses de los Murat.

Al mismo tiempo del nuevo procedimiento para nombrar en cinco plazas de magistrados en el que se acabó nombrando a la secretaria de Bernabé como magistrada y a los palomeados por el papá Murat (unos contra su voluntad para tratar de contener las críticas por el proceder arbitrario), se venían desahogando juicios de amparo contra la designación de los dos previos nombramientos, a los que se sumaron nuevos juicios por el procedimiento fast track e ilegal de los últimos.

Así, en su explicable deseo de sostener a Moisés Molina y Abraham Soriano (controlar al Poder Judicial y garantizar impunidad a los integrantes del gobierno oaxaqueño y tal vez de su hijo) y a quienes un recto juez de distrito ordenó suspender en el cargo ante los valientes juicios de amparo presentados por juezas locales, entró en juego nuevamente Meixuerio, quien ya se entendía directamente con Tinajero, y dejó sin efectos las suspensiones de sus cargos y, en su momento y de manera exageradamente rápida, determinó en los recursos que le tocó conocer que dichos juicios eran improcedentes. Claro que esto lo logró el magistrado federal con el apoyo cómplice de sus dos compañeros de tribunal. Lo que felizmente ha traído como consecuencia que ese juicio se allá ido ya a instancias internacionales, como lo es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En los juicios que aún seguían en trámite, promovidos también por diversas abogadas y juezas, en una estrategia que resulta vulgar por obvia, decidieron acumular todos los juicios en el juzgado segundo de distrito, cuyo titular, Fidel Gallegos Figueroa, había sido apoyado por quienes encabezan esta entramada de tráfico de influencias, para no ser cambiado de adscripción y menos removido o suspendido del cargo por fuertes señalamientos de violencia familiar y violencia contra su propio hijo (de todo lo redactado dan cuenta los diversos reportajes y comunicados de los que se han ocupado diversos medios, pero de manera especial del caso de este juez). Ante este apoyo, pero sin que el prestarse a conductas que resultan increíbles en un juzgador federal le causare mayor problema ético, una vez en su juzgado procedió a cumplir las indicaciones, lo que hizo con mayor alegría, al permitirle también quedar bien con su amigo Juvenal, quien le aseguró que la ministra Yasmín sería la próxima presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; recordemos que una de las nombradas es esposa de Juvenal y era secretaria de Bernabé, a quienes le pagaron sus favores al ser designada.

Y aquí es donde nos preguntamos: ¿la Ministra Yasmín peca de inocente? ¿Tolera el tráfico de influencias de su coordinador? ¿Es parte activa en esta trama ilegal? ¿Qué nexos la une con Juvenal? ¿Cómo es que lo tiene comisionado en sus oficinas? ¿Se lo recomendó Medina Mora de quien era secretario particular?

Y todas estas preguntas surgen por la evidente soberbia de todos los implicados. El gobernador, so pretexto de quitarse la fama de violentador de los derechos de juezas, a quienes, incluso, denunció penalmente. Invitó a dar una conferencia, pues a una mujer y juzgadora, y que mejor que la Ministra, que de manera cómplice, voluntaria o no, se ha prestado a todo este tráfico de influencias, es más, ella también al estar agradecida de que nombró a la esposa del hombre de todas sus confianzas como magistrada, aseguraba un mar de elogios para el mandatario estatal. Y así, en un desarrollo burdo, al más estilo muratista del que seguramente han aprehendido estos flamantes miembros de la Suprema Corte, el día de la visita, el inefable aberrante juez segundo de distrito sobresee el juicio de amparo en favor de Moisés, Abraham y de las restantes tres mujeres, incluida desde luego la esposa de Juvenal y hasta antes de su nombramiento secretaria de Bernabé. Así lo hicieron, idearon el excelente plan: para no dejar duda alguna, realizar la resolución del fin del juicio el mismísimo día de la presencia de la ministra en Oaxaca cuando estuviera reunida con el gobernador, sí también Bernabé, sí Juvenal, Molina, Soriano y en la mismísima cara de todas y todos los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del estado, demostraban así el poder y la indudable ayuda al gobierno solicitada a tan dignos oaxaqueños y demás integrantes del Poder Judicial Federal. Pero tampoco deja dudas, a quien tenga dos dedos de inteligencia, que este resultado favorable a los Murat y también a los solícitos operadores federales, es resultado del más evidente tráfico de influencias que, al ser ejecutado por quienes son la cúspide del sistema de justicia en nuestro país, constituye una artera traición a los más elementales valores y principios, no sólo de cualquier juzgador, sino del más sencillo ciudadano. Claro, sus altos cargos también les generaron la confianza de su impunidad y la base de su más exacerbado descaro en violentar todo, no importa aunque sea la Constitución, aunque sea la vida de gente profesional, aunque sea de mujeres profesionales y comprometidas, aunque con ellos se dejen de lado a mujeres y hombres sin cercanía al poder, total, no están para garantizar el acceso igualitario al servicio público. Dirán, es mi esposa, es mi secretaria, me lo piden los Murat, hay que quedar bien, el hijo busca la presidencia, el papá tiene poder económico. Qué vergonzante, oaxaqueños en delictuosa complicidad para violar la ley y echar por tierra el juicio de amparo, algunos incrustados en tribunales oaxaqueños, con la inamovilidad que da el fiel y convencido servilismo judicial y, porque no, por el poder de demostrar que yo ayudo a mis cómplices, dijera José Murat: amigos no, cómplices sí. Y si alguno se atreve a desobedecer, lo sacan de Oaxaca y listo, que para eso son poderosos.

Moisés y Abraham aprendieron pronto la lección y, “pos que más da, a descarados no les iban a ganar, y Bernabé pos ya está curtido en la desfachatez, y pues a exhibirnos juntos, acuérdate que me vas ayudar y te hablo chulito y hasta te agradezco en Twitter”, ha de haber comentado Moisés, y si de paso lo hacemos en el alma mater de los oaxaqueños, de la que ya se apoderaron también los murat, mejor; hay que darle un buen marco a su cinismo que raya en la ridiculez, si no, pregúntenle a Manuel Velasco (en cuyo Tribunal también traen sus juicios y apoyos), quien presume las borracheras que paga y se hecha con Bernabé, disque como agradecimiento a sus conferencias, en donde providencialmente también han participado, si Carrasco y Meixuerio, en temas que muchas veces nada tiene que ver con los asuntos de los que conoce el Tribunal Administrativo que Preside Velasco, famoso carga maletas y prestanombres de José Murat. Perdón si casi no hacemos referencia a Alejandro Murat, casi está, dijera AMLO, de florero. Tan es así, que el papé le da indicaciones directas a Tinajero para hacer sus ilegalidades, ha, pero eso sí, con indicaciones precisas de no avisarle al gobernador.

Pero aún no todo está perdido, sin lugar a dudas, por fortuna hay juzgadores federales que sacan la casta y saben hacerse respetar y se conducen con probidad; así lo han demostrado otros jueces de distrito y otros magistrados de distinto tribunal colegiado, y siempre quedará la esperanza de los tribunales internacionales que cada día tienen mayor presencia en decisiones de la justicia mexicana. Y clarísimo, hay ministros y ministras con probada trayectoria y honorabilidad que tampoco se prestarán a solapar estos actos, por demás inmorales e ilegales.

Y la pregunta obligada: la Ministra que dicen aspira a la presidencia de la Corte y que también dicen va perdiendo cada vez más votos, ¿será silente cómplice de todo este tráfico de influencias? Suponiendo que lo ignoraba. ¿Pretende que la amistad que tiene su esposo con AMLO sea la que simplemente sirva para sus aspiraciones y que sus compañeras y compañeros se hagan de la vista gorda? O tendrá los estribos para demostrar, no sólo que tiene el carácter, sino la convicción de que el respeto a la ley está por encima de cualquier amistad? JUSTICIA A SECAS MINISTRA! Dijera Juárez, porque quien abusa de la confianza y amistad no merece gracia.

Esperemos no percibir ahora el amargo aroma de la indolencia.

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