Su ex esposo y ex suegra la mataron y la cocinaron

*Las claves para poder esclarecer este horrendo y sádico crimen: La mañana que fueron a buscar a Magdalena a la casa de su ex pareja, César tenía la cara con rasguños, además, los hijos de Magdalena dijeron que vieron cómo mataron y descuartizaron a su madre

*Sentenciaron a 40 años de prisión Silvia, ex suegra de Magdalena, como responsable del delito de feminicidio; mientras tanto, César sigue prófugo

Oaxaca, Oaxaca, Martes 01 de Marzo, 2022 (Fuente: Agencias).- Magdalena Aguilar Romero nació el 20 de julio de 1989 en el estado de Guerrero, México; ella era la mayor de sus dos hermanos, era una señorita muy alegre; sus padres, Juan Diego Aguilar y María de Los Ángeles Romero se dedicaban a la minería.

En el año 2011, cuando Magdalena estaba llevando sus estudios universitarios de Nutricionista, conoció a César Gómez Arciniega, se hicieron novios y 6 meses después se embarazó de su primer hijo, razón por la cual se fue a vivir con César al municipio de Taxco de Alarcón, luego se casaron y dos años más tarde tuvieron a su segunda hija.

Pero a Magdalena le dio una vuelta su vida, tuvo que dejar su universidad porque tenía que encargarse de sus hijos; tiempo después, con el apoyo de sus padres, Magdalena retomó su carrera de Nutricionista en la ciudad de Iguala, todos los días viajaba con el apoyo de sus hermanos que se encargaban de llevar y sacar del colegio a sus hijos. A su esposo César no le gustaba que Magdalena siguiera estudiando, por lo que siempre discutían y sufría maltratos.

A pesar de los maltratos y las discusiones, Magdalena pudo terminar su carrera universitaria, convirtiéndose así en Nutricionista, pero, a pesar de ello, su familia y amigos la veían muy cambiada, estaba muy delgada, no salía con sus amigos y no se arreglaba, todo ello era porque su esposo César la tenía controlada.

El 10 de agosto del año 2014, Magdalena llamó a sus padres por el teléfono y les contó el infierno que vivía; ellos le dijeron que saliera de manera inmediata de la casa, que no llevara ropa y otras cosas, que cogiera sólo los documentos de ella y de los niños; Magdalena, de manera inmediata huyó de su propia casa, hasta entonces todos creían que ella estaba a salvo.

Magdalena, después de separarse de César, volvió a ser la misma de antes, le empezó a darle el gusto de arreglarse, a salir con sus amigas, sacar al parque a sus hijos y a ir al gimnasio a ejercitarse.

Magdalena comenzó a trabajar en el centro de salud urbano de Taxco, donde hizo su pasantía y servicio social, donde trabajaba su madre también como enfermera; aunque César no les pasaba manutención a sus hijos, ella luchaba por salir adelante.

En el año 2015, después que sus papeles de divorcio salieron, llegaron a un acuerdo sobre la custodia de sus hijos, quedaron en que Magdalena los tendría de lunes a viernes y los sábados y domingos los tendría César Gómez.

El día 13 de enero del año 2018, Magdalena entró al cuarto de su madre y le dijo que fueran juntas a la misa del año de su bisabuelo; le dijo que iría primero a dar consultas particulares en el centro de salud donde trabajaba y después iría a recoger a sus hijos que estaban con César, que a las 5:30 de la tarde llegaría a su casa para que fueran juntas a la misa.

Ese día ya no regresó, su madre le escribió un WhatsApp para informarle que la misa estaba iniciando, pero no obtuvo respuesta; luego de salir de la misa le envió otro mensaje para decirle que ya había terminado y tampoco respondía; ella, la mamá, molesta y preocupada, empezó a llamarla y todas las llamadas mandaban al buzón de voz; la madre de Magdalena se molestó, pensando que había regresado con César; se fue a su casa, informó a su esposo e hijos lo sucedido y se durmieron.

A la mañana siguiente empezaron a llamarla, pero tampoco respondía las llamadas, mandaban directo al buzón, así que empezaron a buscarla: lo primero que hicieron fue ir a la casa de César; cuando llegaron los recibió la madre de César, Silvia Arciniega; cuando le preguntaron, ambos dijeron que Magdalena llegó a la casa, pero se fue sola, a las 6 de la tarde, sin llevarse a sus hijos. Sólo eso les dijeron.

Enseguida, la familia de Magdalena se dirigió al ministerio público a poner la denuncia por la desaparición; los amigos y personas se unieron a la búsqueda, realizaron manifestaciones por las calles y crearon una campaña en las redes sociales buscando el paradero de Magdalena.

Para la familia había sólo dos sospechosos de la desaparición de Magdalena, eran César y su madre, nunca los perdieron de vista, siempre lo tuvieron vigilado.

Pasaron 9 días y Magdalena no aparecía, fue tanta la insistencia de los familiares, amigos y más personas, que el personal de la Fiscalía decidió allanar el negocio de comida que tenía César en ese entonces, donde hicieron un macabro hallazgo en una parrilla de tres quemadores.

Ahí se encontraba en una olla los brazos y piernas cocidos de Magdalena, una bolsa de plástico color negro que contenía la pelvis ya cocida y el resto de su cuerpo estaba dentro de un refrigerador.

Los peritos llegaron al lugar y trasladaron el cuerpo de la joven al servicio médico forense. El resultado de la necropcia arrojó que Magdalena había fallecido por asfixia, ahorcamiento, antes de ser desmembrada y luego cocinada.

Este feminicidio provocó la consternación e indignación de todo Taxco, Guerrero, y de todo México, a tal grado que asistieron al funeral de Magdalena el día 23 de enero y por la tarde tomaron las calles de Taxco para exigir justicia con sus pancartas.

César Gómez fue declarado responsable de los hechos ante la Fiscalía General del Estado (FGE), donde podría estar 40 años de prisión, pero el culpable se encuentra prófugo de la justicia hasta hoy. Sin embargo, se ordenó la búsqueda para su captura.

Silvia Arciniega, la madre de César, fue detenida por complicidad, porque, de acuerdo a las investigaciones, César tuvo que necesitar de ayuda para descuartizar y cocinar los restos de Magdalena.

Los testimonios claves fueron de Maria de Los Ángeles, la madre de Magdalena, quien dijo que la mañana que fueron a buscar a Magdalena a la casa de su ex pareja, César tenía la cara con rasguños, además, los hijos de Magdalena, que para ese entonces tenían 6 y 4 años, dijeron que vieron cómo mataron y descuartizaron a su madre.

Finalmente, el 6 de diciembre de 2019, la Fiscalía General del estado informó que se sentenció a 40 años de prisión a Silvia Arciniega, como responsable del delito de feminicidio en agravio de Magdalena Aguilar. Mientras tanto, César Gómez sigue prófugo.

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