¡Alto a la impunidad!

Oaxaca, Oaxaca, Domingo 14 de Noviembre, 2021.- En Oaxaca, las más bajas pasiones de los gobernantes han hecho de la vida de los pobres y de los indígenas una decadente y programada historia de permanente olvido y miseria mientras ellos, impunes ante sus cobardías, se lanzan por nuevos puestos de poder y dinero.

A la muerte permanente por enfermedades curables y desnutrición se suman las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales de líderes sociales, indígenas y campesinos; las masacres en contra de todos aquellos que se opongan a las políticas de robo y saqueo de sus recursos.

Verdaderas guerras preventivas han implementado nefastos ex gobernadores del Estado como Diódoro Carrasco Altamirano en la Región de los Loxicha a partir de 1996 y José Murat Casab con la Masacre de Agua Fría el 31 de mayo de 2002 también en la Sierra Sur de Oaxaca.

Sigue impune Ulises Ruiz Ortiz que gobernó del año 2004 a 2010 e implementó una despiadada represión contra el magisterio democrático, organizaciones sociales y pueblo en general en el año 2006 que nos llevó a conformar la Asamblea popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO.

Lo peor estaba por venir antes y durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo de 2010 a 2016, como parte de una limpieza social en contra de líderes sociales y comunitarios cuyo peor desenlace fue la masacre de Nochixtlán el 19 de junio de 2016 a pocos meses de dejar el poder.

Alejandro Murat Hinojosa, el heredero de la gubernatura de las políticas de acuerdos y control político de su padre José Murat Casab para el sexenio 2016-2022, se ha sumado a extender el manto de impunidad a los ex gobernantes y cometer sus propias tropelías.

Contrariamente a lo que se esperaba, ha contado con el aval y la complicidad de Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República desde 2018 en un país que, lejos de disminuir la guerra contra los movimientos sociales y los pobres, la violencia del crimen organizado se ha incrementado.

En el sexenio de Alejandro Murat los feminicidios sobrepasan el medio millar, continúan las desapariciones forzadas de personas, las ejecuciones extrajudiciales, la trata de personas, el robo y saqueo de recursos naturales en uno de los estados más pobres de México.

Sin embargo, la clase política hace jugosos negocios y pretenden vivir como dioses a expensas del trabajo de millones de oaxaqueños, incluidos las y los migrantes que con sus remesas mantienen a flote la menguada economía de los hogares y comunidades que los extrañan y esperan su regreso.

Lo anterior explica que, iniciada ya la contienda por la gubernatura del estado de Oaxaca, sean 12 aspirantes los que se han registrado buscando ser la próxima o próximo gobernador. Muchos saben que no serán los elegidos, pero aspiran a negociar espacios a nivel local o nacional.

Tres son los que tienen posibilidades de ser agraciados por el dedo de la máxima figura presidencial, por el gran elector que, dada la situación actual y previas negociaciones de recursos políticos, económicos e impunidad, asegura un resultado contundente al elegido.

Elegir a Raúl Bolaños-Cacho Cué representaría una verdadera traición a la militancia de MORENA pero es una las cartas que garantizan impunidad al viejo proyecto represor del priismo oaxaqueño y por el que apuesta Alejandro Murat sabiendo que su partido, el PRI, fracasará.

En giro verdaderamente espectacular para Oaxaca y para el Sur, considerando que el estado de Guerrero ya es gobernado por Evelyn Salgado Pineda se consideraría la elección de Susana Harp Iturribarría para satisfacer los ánimos político-económicos de la vallistocracia oaxaqueña.

Puede que para Salomón Jara los idus de marzo no hayan acabado y se tenga que sumar a la lista de quienes negociarán las posiciones políticas de un viejo militante al que las componendas político-electorales le han regateado el triunfo a la ansiada gubernatura del estado de Oaxaca.

Mientras tanto, millones de pobres seguimos esperando que haya verdadera paz y justicia para las y los oaxaqueños, que los millones de pesos que se gastan en la farsa electoral sean dedicados a incrementar los raquíticos y siempre saqueados proyectos de salud, educación y cultura, ya.

¡Alto a la impunidad!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *