“Construcción de paz, responsabilidad compartida”

Oaxaca, Oaxaca, Domingo 28 de Marzo, 2021 (Fuente: Comunicado).- La paz es una responsabilidad compartida, pues genera sociedades tolerantes en las que los diferendos se transforman en procesos constructivos, afirmó el defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla, en el marco de la firma de convenio con el rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Eduardo Bautista Martínez.

Al respecto, el ombudsperson apuntó que el Programa Institucional de la Cultura de Paz es una oportunidad para promover nuevas formas de mediación, ya que por las características de la entidad es necesario generar mecanismos de atención a los conflictos.

Y resaltó que las distintas problemáticas en el estado, deben ser atendidas desde una perspectiva de paz y no violencia, que indague y solvente el origen de las mismas, para evitar que se perpetúen en el futuro.

Refirió que, en los últimos dos años, la Defensoría ha participado en al menos 100 procesos de mediación de conflictos en comunidades de la entidad, a través de mecanismos de diálogo.

Rodríguez Alamilla insistió que trabajar en el origen de los conflictos ayudará a que no se sigan presentando, y, los procesos de mediación son una oportunidad para atender las posibles violaciones a los derechos humanos que dieron origen a los problemas.

Por su parte, el rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Eduardo Bautista Martínez dijo que no hay paz verdadera sin un respeto pleno a los derechos humanos, por ello de la UABJO se impulsa el Programa Institucional de la Cultura de Paz, como una forma en la que se busca promover el respeto la inclusión de todas y todos.

Apuntó que las instituciones educativas deben generar mecanismos específicos que incentiven la cultura de paz y tener un modelo educativo basado en la inclusión con respeto a la diversidad y perspectiva de género.

Añadió que la Universidad Autónoma Benito Juárez debe ser un referente para la paz, por ello el Programa Institucional de la Cultura de Paz quiere convertir a cada integrante de comunidad educativa en un mediador y promotor de la cultura de paz.

Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma «Benito Juárez» de Oaxaca, Manuel Garza Zepeda dijo que la construcción del Programa Institucional de la Cultura de Paz es una suma de esfuerzos que busca la construcción de una agenda interinstitucional que favorezca una cultura de paz.

Agregó que en Oaxaca las particularidades de la entidad hacen común que se presenten conflictos, pero colectivamente por medio de la cultura de paz se puede solucionar cada uno de ellos, sin embargo, no desde una forma impositiva sino usando instrumentos educativos y de diálogo que permitan que la inclusión y el respeto sean las herramientas que construyan la cultura de paz.

En este marco, el Premio Nacional de Derechos Humanos 2017 y fundador de Serapaz, Manuel Álvarez Gándara ofreció la conferencia magistral “Conflictividad y derechos humanos como reto al derecho por la paz”.

Expuso que entre los diversos actores que tienen la responsabilidad de promover el derecho a la paz, persiste una visión desfasada de la cultura de la paz y no violencia, la cual considera que debe haber ausencia de conflictos en las sociedades para considerar la existencia de la paz.

Resaltó que la cultura de la paz y no violencia busca construir un nuevo paradigma, en el cual, la paz se construya de adentro y hacia abajo, ya que es en el terreno de la sociedad donde está la clave.

Resaltó que los derechos humanos son un elemento fundamental en la construcción de la paz, pues desde esta perspectiva es posible atender no solo un episodio violento de un conflicto, sino atender el origen y sus diferentes aristas para dar una solución de fondo al problema.

Desde la cultura de paz y no violencia se busca privilegiar la construcción de las capacidades de las comunidades para actuar respecto a los conflictos y resolverlos sin usar la violencia como forma de lucha o solución, sino construir un espacio de diálogo en los que se puedan resolver las conflictividades, concluyó.

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