La 4T no respeta DH

Staff OAXACADIAADIA

Oaxaca, Oaxaca, Domingo 06 de Diciembre, 2020.- Andrés Manuel López Obrador ha cumplido dos años como presidente de México, ha agotado una tercera parte de su mandato y las violaciones a Derechos Humanos en el país, lejos de disminuir, se incrementan; sin embargo, él no deja de adular y dar concesiones al Ejército, históricamente principal violador de Derechos Humanos.

Además de las masacres y crímenes directos cometidos por el Ejército, las ejecuciones extrajudiciales, las operaciones paramilitares y los asesinatos en general se cometen con armas de alto poder de uso exclusivo del Ejército, sin que, después de dos años de ejercer el gobierno en el país, el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, Andrés Manuel López Obrador, haya sido capaz de poner un alto a la impunidad, frenar y castigar los delitos cometidos por las Fuerzas Armadas y el crimen organizado.

Se han realizado detenciones de militares y políticos que han generado un alto impacto mediático pero que en la vía de los hechos la vía judicial ha sido inoperante y no se han logrado romper los pactos de impunidad y frenar la corrupción imperante desde los más altos niveles de las Fuerzas Armadas y del gobierno.

La persecución caciquil contra defensoras y defensores de Derechos Humanos, las ejecuciones extrajudiciales que también alcanzan a las y los defensores de tierra y territorio, a las y los periodistas son muestras claras del clima de represión que se vive en el país a más de dos años de la tan cacareada y militarizada Cuarta Transformación, 4T.

El fantasma de las elecciones aletea nuevamente sobre tierra mexicana y las viejas prácticas electorales y partidarias tienen lugar a lo largo y ancho de la República, sin propuestas claras de un proyecto de nación a largo plazo donde, desde el primer momento de ejercicio gubernamental se respeten los Derechos Humanos.

Para tener la Constitución que tenemos, aspirando a una vida digna para los y las mexicanas, millones de personas han ofrendado su vida a lo largo de nuestra historia. No se trata de una cuestión de discursos en la 4T, se trata de un cambio verdadero en la cultura y la educación de las y los políticos.

No solamente se trata de terminar con el patriarcado machista, hay que eliminar todo tipo de violencia y tener conceptos muy claros sobre el origen de esa violencia y, como mínimo, sobre perspectivas de género y feminicidios.

Respecto a los Derechos de Pueblos y Comunidades Indígenas es necesario precisar que, una consulta debidamente informada y verdaderamente consensada, empieza por mejorar los niveles educativos, de lo contrario, solamente se manipula y engaña a la ciudadanía y se violan los derechos fundamentales de esos Pueblos y Comunidades Indígenas.

Quienes defendemos Derechos Humanos deseamos un país donde se cumpla y se haga cumplir la Constitución, un país donde las niñas y los niños sean el eje fundamental de los programas institucionales. Que niñas y niños puedan ser felices y vivir libremente en cualquier ámbito donde habiten y se desarrollen, un país de los y las niñas.

No se puede aspirar a menos cuando estamos a punto de cumplir 72 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¡Justicia y Libertad, ya!

Desde un rincón del exilio,

Juan Sosa Maldonado

Defensor de Derechos Humanos

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