De plebeyo, a falso príncipe Gómez Conzatti

*Episodio del verdadero Caleb Herculano López Martínez, haciéndose pasar como Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez, intenta quedarse por la mala con lo que no es de él: propiedades de la señora Victoria Conzatti, última de las hijas del científico botánico y educador, Don Cassiano Conzatti  

Mario GIRÓN

Oaxaca, Oaxaca, Miércoles 18 de Noviembre, 2020.- Con premeditación y ventaja y en el portafolios sueños y documentación apócrifa, Caleb Herculano López Martínez no solo se pasea por el mundo; con frialdad y sonrisa falsa de triunfador, se ha ganado la mejor de las existencias materiales haciéndose pasar como nieto del ilustre educador, investigador, botánico y todo un caballero, Don Cassiano Conzatti.

El resultado obtenido por la mala ha sido lo mejor que tiempo atrás no conocía en abundancia: dinero y poder, caras amistades, viajes, además de un exclusivo lugar en el jet set, así como una preparación académica interesante, tanto en el país como en Madrid y en otras ciudades del mundo, ha conquistado el verdadero hijo de humilde albañil (Don Evodio Jacinto López Pérez) ahora, acostumbrado a presentarse en sociedad como Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez.

No se hace esperar la respuesta de la familia Conzatti: “Lo vamos a desenmascarar y llevarlo a prisión por fraude inmobiliario y darle existencia, con documentación falsa, a un ambicioso personaje que no es familia, planeando quedarse con lo que no es suyo”, adelantaron las hermanas Ivón y Victoria Eugenia Gómez Rodríguez, auténticas nietas del célebre don Cassiano Conzatti.

La irritación de las nietas Gómez Rodríguez se fundamenta en una ilegalidad jurídica civil que no pueden tolerarle al impostor, ante la sociedad local y mundial, el nuevo y falso Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez:

Haciéndose pasar como un Gómez Conzatti, el impostor trabaja con un equipo de cómplices del notariado público y un empleado menor del Registro Civil para ganar, despojando de 70 millones de pesos^, en bienes inmuebles, a doña Victoria Conzatti, de 103 años, última de las hijas de Don Cassiano. Con acta de nacimiento apócrifa en mano, desea cerrar con broche de oro la historia de un posible fraude inmobiliario, arrebatando lo que no es de él: un edificio, en Morelos 900, de 40 millones y una casa, a media cuadra del jardín Conzatti, en Quintana Roo 206, con valor de 30 millones de pesos.

Al intento de arrebatar lo que no es suyo, debemos agregar el fraude superior a 10 millones de pesos que, por concepto de renta, la señora Guadalupe Martínez, mamá del nuevo Caleb Herculano “Gómez Conzatti” y Martínez, cobró 150 mil pesos mensuales, sin rendir cuentas por años a la señora Victoria Conzatti, propietaria del edificio de Morelos 900.

Al ser descubierto en tiempo y forma, el nuevo Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez, las nietas del Don Cassiano Conzatti, Ivón y Victoria Eugenia, contrataron al mejor despacho de la ciudad para llevar a prisión al nuevo Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez, agregando que desde niño, adolescente y hoy como adulto y profesional, sin temor o cargo de conciencia se ha dedicado a sorprender al que se le pone enfrente, asegurando que se trata de un oaxaqueño que por sus venas corre sangre importante, lo que le ha servido como llave para abrirle puertas que ha tocado durante su lamentable existencia de engaño a la sociedad, aseguraron las nietas de doña Victoria.

Cuando desbarata la vergüenza de la cuna humilde 

Con información del Registro Civil, en la Oficialía 01, Libro 01, acta número 3597, en el municipio de Oaxaca de Juárez, el hoy personaje de esta historia, intentando concretar un fraude más en su existencia, fue registrado con el nombre de Caleb Herculano López Martínez, el 11 de enero de 1983.

Como nombre del padre, aparece el de don Evodio Jacinto López Pérez, mexicano, de 42 años, ocupación albañil y estado civil, soltero; como nombre de la madre, Guadalupe Martínez Ramírez, mexicana, de 28 años, ama de casa y estado civil, soltera.

Historia de la pesadilla para la familia Conzatti

Hace 30 años empezó a escribirse una bonita historia de trabajo a favor de la señora Guadalupe Martínez Ramírez, con necesidad de un empleo digno, una fuente digna y honrada de ingreso para la existencia de tres niños. Sin embargo, Doña Victoria no imaginó que su noble gesto terminaría en 2020 en una terrible historia de ambición con episodios de terror; ejemplos de muerde la mano al que les dio a ganar salario decoroso y obsequios; deslealtades a cargo de madre e hijos de cuna humilde, con intención de llegar a ser algo más en la vida, pero a costa de la trampa, sin importarles que en delito o pecado se convierta lo que están a punto de ganar en la ilegalidad, recordaron las nietas, Ivon y Victoria Eugenia.

La señora Guadalupe Martínez Ramírez llegó a trabajar como administradora del hogar y de las propiedades de la señora Victoria Conzatti. Con ejemplo de puntualidad, trabajadora y honesta, se ganó la confianza de la empleadora doña Victoria; pronto se encargó de todo, cobrar pensiones y miles de pesos por rentas mensuales de las propiedades de la familia Conzatti.

La señora Guadalupe era de toda la confianza de la familia Conzatti. Manejaba, administraba la entrada y salida del dinero como si se tratar de su hogar. En tanto, los niños de la familia Martínez eran felices, entraban y salían y disfrutaban como si estuvieran en su hogar, la residencia de doña Victoria, en Quintana Roo 206. A tal grado llegaba la emoción de Caleb Herculano y hermanos, por el disfrute de un bien material que no tenían en ese momento y sin embargo disfrutaban como si se tratara de ellos, al grado de llamarle abuelita a doña Victoria, narran las verdaderas nietas, Ivón y Victoria Eugenia.

“Doña Victoria nada perdía cuando la nombraban abuelita; le embargaba la ternura escuchar, a tres niños humildes, con dulzura o ambición, llamarle abuelita Victoria. En ese momento nacía la ambición de Caleb Herculano; ser como los Conzatti que lo tenían todo, por tratarse de un familia preparada y trabajadora. Para ellos había llegado el momento de pensar en el nunca más la pobreza, la cuna, el origen humilde, de sangre, el hijo de un albañil, Don Evodio Jacinto, el que, con seguridad, por sí mismo, no estaba en posibilidad de garantizarles la faustosa vida material que mamá Lupe y niños, experimentaban en casa de los Conzatti.

Sin embargo, en 2008 la primera llamada, amigos y vecinos advirtieron a doña Victoria cuidado con la familia de la señora Guadalupe Martínez Ramírez; que los niños se hacían pasar como parte de la familia Gómez Conzatti, tanto en escuelas como en la vida privada.

Doña Victoria no dio importancia al tema; sin embargo, para estar tranquila pagó una investigación en el Registro Civil; quedó más que satisfecha al enterarse que, principalmente, Caleb Herculano, estaba registrado con los apellidos, López Martínez, por lo cual no existía problema alguno.

De importancia capital es resaltar que el licenciado, Omar Hernández Medecigo, jefe del Archivo Central del Registro Civil, el 29 de octubre de 2018, certificó que, en los Libros copiadores de actas de Nacimiento de Oaxaca de Juárez, correspondientes a los años de 1983 a 2017, no aparece asentada el acta de Caleb Gómez Conzatti y Martínez, quien se dice, nació el 11 de enero de 1983, en Oaxaca de Juárez, siendo su progenitor, Víctor Manuel Gómez Conzatti y Guadalupe Martínez Ramírez.

Pronto terminaría la tranquilidad de la familia Conzatti

La bomba explotó cuando la señora la señora Victoria solicitó dinero a la administradora Guadalupe, en marzo de 2020. Necesitaba 20 mil pesos para reparaciones menores de la casa de Quintana Roo 206. Lo que la patrona recibió fue una contundente respuesta de pronóstico reservado, golpe directo a un noble corazón de una mujer de 103 años:

“No tenemos dinero, las cuentas bancarías están en cero”, respondió doña Guadalupe:

Una mujer con 103 años de edad, que llegó al límite del gasto, que no necesita mucho dinero para existir y sabiendo que doña Guadalupe cobraba renta por más de 150 mil pesos mensuales, sin rendir cuentas durante años, ahora no podía creer que estaba en la quiebra.  

En suma, se concretaba el primero de los fraudes en perjuicio de la familia Conzatti. La administradora Guadalupe había desviado poco más de 10 millones de pesos, durante años dedicados a cobrar rentas equivalentes a 150 mil pesos mensuales, sin explicaciones.

Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez está seguro de imponerse, de ganar; su teoría la basa en lo que presume a gritos: el apoyo del Juez Primero de Distrito, derivado de la amistad que lo une con su abogado, Gibran Miguel Castañeda, ex director del Tribunal Administrativo del Poder Judicial Federal (PJF).

Antes que concluyera el fatídico el pasado mes de marzo, acompañado del Notario Público, Fortino Blas Figueroa Montes, Caleb Herculano Gómez Conzatti y Martínez, se presentó ante doña Victoria. Le informó que no tenía dinero porque no era de ella el edificio de Morelos número 900, que las rentas ahora son “mías, de tu nieto, Caleb Herculano”; sin agregar explicaciones, se retiró del hogar de la señora adulta mayor.  

Caleb Herculano es de larga historia, a partir de la instrucción primaria y demás niveles de educación fue registrado con los apellidos Gómez Conzatti y Martínez. Más tarde, con ese nombre ingresó a la Escuela Libre de Derecho. Haciéndose pasar por un caballero de abolengo, pronto se le abrieron las puertas de la amistad con importantes personajes, mujeres y hombres pensando que estaban frente a frente con el nieto del más ni menos Don Cassiano Conzatti.

En ese colegio universitario trabó amistad importante con la hija del Notario Público, “el Biche”, Miguel Ángel Guzmán Labastida, con el que empezaría a planear, cómo asestar el golpe final, apoderarse de una vez por todas del edificio de Morelos 900 y Quintana Roo 206.

Hasta el momento más o menos la llevan bien el intento de concretar el fraude inmobiliario. Con documentación falsa y ayuda de trabajadores menores del Registro Civil y del Juzgad Primero de lo Civil, los delincuentes piensan que ellos son ley, lo que por ende les valdrá salirse con la suya, agregaron las nietas de doña Victoria, Ivón y Victoria Eugenia Gómez Rodríguez:

“Estamos en Oaxaca para defender a la abuela y conducir a la cárcel a los bribones y delincuentes intentando quedarse con lo que no es de ellos. Estamos patrocinando económicamente a nuestra abuelita Victoria, porque doña Lupe y sus hijos, robaron el patrimonio de la abuela, 150 mil pesos mensuales que se llevaron limpios de polvo y paja durante años”, puntualizaron.

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