Elecciones y democracia
Oaxaca, Oaxaca, Lunes 09 de Noviembre, 2020.- El mundo ha asistido a la elección del futuro presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, seguramente, uno de los acontecimientos con mayor seguimiento a nivel global. Millones de personas esperan que la vida para ellos y para el mundo ahora sí mejoren de verdad. El problema de los políticos es que, cuando obtienen el poder, se van olvidando poco a poco de sus compromisos de campaña.
Muy lejana queda, por ejemplo, la promesa del posterior premio Nobel de la Paz, Barack Obama, de cerrar el Centro de Detención de Guantánamo.
Más allá de los millones de votos que definen una elección hay otras fuerzas políticas que son quienes toman las grandes decisiones y evitan que haya una verdadera democracia.
Es de celebrar que los jóvenes se hayan impuesto al discurso del odio y que por primera vez en la historia de Estados Unidos una mujer llegue a la Vicepresidencia: Kamala Harris.
El pueblo norteamericano, la humanidad, tenemos la tarea de reconstruir las relaciones con los sectores más golpeados a nivel global, pues no hay que negar la influencia que una de las primeras potencias del mundo tiene en nuestras vidas.
Hoy la pandemia del COVID-19 alcanza la cifra de 50 millones de contagios a nivel mundial, corresponden a Estados Unidos 10 millones. Mientras Europa es incapaz también de parar el virus.
A esto hay que sumar otras desgracias ocasionadas por fenómenos naturales como el huracán Eta que en Tabasco ha afectado a por lo menos 90 mil personas en una acción recurrente que prácticamente se repite todos los años debido a malas políticas públicas. Mientras el huracán baja golpeando Centroamérica y el Caribe.
En México, los escándalos de narco corrupción han pasado ha ser la noticia corriente en cada sexenio. Los gobernantes, han pasado, como en otros países, de vivir como reyes a vivir como dioses. Impunidad por delitos de lesa humanidad incluida. Mientras, el general Salvador Cienfuegos Zepeda se ha declarado “No culpable” de los delitos que se le imputan. Por lo pronto ya sabe qué es estar en una prisión estadounidense.
Nuestro problema es que vivimos elecciones permanentemente pero no alcanzamos a ser una verdadera democracia. Y los luchadores sociales, los líderes comunitarios que defienden tierra y territorio, las defensoras y defensores de Derechos Humanos, los y las periodistas honestas nos convertimos en objetivos militares para quienes detentan el poder a nivel local, regional o nacional.
La política en Oaxaca poco cambia, los viejos buscadores de acuerdos rumbo al posicionamiento político-mediático: quedar bien con el gobernante en turno mientras se desmantelan las instituciones.
Nosotros, desde nuestra condición de defensores de Derechos Humanos en un Estado, en un País que se desangra día con día, sólo queremos:
¡Paz, Justicia y Libertad, ya!
Desde un rincón del exilio,
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos