“Los migrantes son los cristos que dan la vida por los demás”

Staff OAXACADIAADIA.COM

Oaxaca, Oaxaca, Martes 06 de Octubre, 2020.- El Diario Expreso del país Perú, a través del también poeta Sixto Sarmiento, entrevistó al poeta oaxaqueño Jesús Rito García.

Nuestros desiertos están donde sea, a veces viviendo en lugares vistos como paradisíacos, puedes estar sin energías, o solo, podemos ser desérticos en nuestro ser. Depende mucho del ambiente que se vaya forjando.

-40 días en el desierto ¿Alguna asociación con los 40 días de Jesús en el desierto?

-Claro, hay una referencia en este poemario hay tentaciones para el “yo lírico”, hay purificación, hay desconsuelo y esperanza. Trato de pensar que tiene una influencia de ello, pero al modo poético. Con imágenes sagradas de culturas indígenas de la región del norte de México, hay demonios representados por seres humanos y sus acciones. Es toda una cosmovisión del pasaje bíblico, pero contextualizado en nuestro tiempo

-Tu poesía se ambienta en un difícil escenario: desierto y migración ¿Cierto?

-El trópico es mi ambiente, vengo del Sur, soy zapoteca de origen, de una zona culturalmente hablando con mucha tradición: el Istmo de Tehuantepec. Ya estando recientemente en el Estado de Sonora, específicamente descubro el calor intenso del desierto, escucho a su gente, la felicidad de vivir en lugares tan hostiles. Fríos y calores muy marcados. Tragedias recientes y antiguas enmarcan su cotidianidad. Desde el Sur sólo escuchas historias de narcotráfico y posibilidades de trabajo en esa zona. Las personas son valientes por vivir allí. Los migrantes son los cristos que dan la vida por los demás. Pasan el desierto para purificarse y ser otros allá en EEUU, para sostener económicamente a sus países con su esfuerzo. No todos logran llegar, y regresan, pero el esfuerzo es de gran valor y es necesario contarlo también. Mi forma de nutrirme de historias de migrantes está por doquier, Oaxaca, es un estado de migrantes y de cultivo de marihuana, o sea, el Sur provee al norte de cierto número de migrantes y drogas.

-¿No crees que todos los países están construyendo sus propios desiertos?

-En México hay pueblos donde la mitad de sus habitantes están en la Unión Americana, y pueden ser vistos como pueblos abandonados, pero yo quiero verlo de otra manera, los que migran han creado una nueva cultura, una nueva forma de ver la familia, la tradición, la tierra. El mundo se mueve económicamente, así que si las personas no migran, van a crear sus propios desiertos en sus poblaciones, teniendo pesares monetarios todo el tiempo, que de igual manera, destruye familias, las aísla, al tener carencias. Y más aún en nuestras sociedades tan elitistas, que se basan en las apariencias. La economía marca.

-¿Cruzando el desierto está la tierra prometida?

-Yo como crítico, y que no he sido migrante, ni he abandonado lo poco o mucho que tengo por buscar nuevos horizontes, puedo decir que es la tierra prometida que nos venden, es una tentación que a mí no me atrae. La economía y las carencias hacen mover masas y es válido, ya no los cuestiono. Y muchos de estos migrantes, los que tienen menos recursos cruzan el desierto, y se encuentran con pesares, pero hay algo que los mueve, y eso ha hecho que todos migremos hasta de nuestras historias personales, que es la ambición por obtener algo. Puede ser dinero o conocimiento, sabiduría, etc., cada quien cruza sus desiertos para buscar sus sueños que pueden estar a kilómetros de donde vives. Los países de América Latina hoy son migrantes, en su mayoría, pero migrar es algo que también se hace por instinto, no podemos quedarnos con carencias todo el tiempo, nadie puede quedarse de brazos cruzados al ver a los suyos malviviendo. Por ello se cruzan desiertos y océanos o lo que sea, ha sido la historia de la humanidad.

-¿Ves en el desierto desolación y esperanza?

-No, en el desierto hay belleza, hay armonía, el desierto es un lugar inhóspito en un plano natural. Eso es lo que hay en esas zonas para vivir el día de hoy. La desolación puede estar donde sea, la desesperanza existe en nuestras esquinas de las ciudades de cualquier lugar. No sólo en las zonas desérticas. En el norte de México vez a los migrantes pedir limosna, quedarse a vivir en las calles, etc., pero en la ciudad de México, por ejemplo, ves a mis paisanos de Oaxaca pedir limosna en las calles de igual manera o a las mujeres trabajando de prostitutas en los bares y esquinas. Eso también es desolación y desesperanza. En la misma ciudad donde habito existe eso, por lo tanto no se puede aseverar que sólo el desierto sea un lugar inhóspito.

-¿Es posible trazar versos de vida en el desierto o muere la poesía en el desierto?

-Creo que lo he constatado, la poesía florece en los lugares menos pensados. A veces resulta con más fuerza, con más ímpetu. Son lugares que tienen mucho qué decir y ofrecernos. De esta experiencia me llevo un gran proyecto, que es este libro

-¿Cuál es el límite dejado por ejemplo por Octavio Paz?

-Que hay que tener un gran conocimiento de nuestro arte, pero cada generación tendrá su Paz, su César Vallejo, su Gabriela Mistral, Su Sor Juana, etc. Cada tiempo y cada lugar nos ofrece poesía. Para mí, este momento de tanta incerteza debido a la pandemia, de sufrir pérdidas, de sentirnos desolados, del encierro (y no por el calor del desierto) es un momento único para la creación y las voces literarias, no sé si este momento se podrá expresar con poesía, narrativa o el ensayo. Seguramente la filosofía aparece en estos precisos momentos. Y Octavio Paz, y muchas grandes muestras de las letras no pudieron vivir algo así, vivir la incertidumbre desde una pantalla. En fin, creo que cada generación tiene algo qué decir, y las podemos ver como enormes vallas, pero más bien como dicen algunos poetas, somos unos versos más del gran poema de la vida.

Sobre el entrevistado mexicano

Jesús Rito (Tehuantepec, México). Poeta y editor, autor de los poemarios Recuerdos que no emigran, (2008); Bahía de los poetas, (2017) y Arena, (2020). Director de Editorial Pharus y Pharus revista. Creador del proyecto: Maratón de Poesía de Oaxaca. Participó en el II, IV y V, Festival Internacional Primavera Poética del Perú. El 2019 participó en el XXVII Maratón de Poesía de Washington.

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