Linchan a violador

Oaxaca, Oaxaca, Sábado 11 de Enero, 2020 (Fuente: Agencias).- Pobladores prendieron fuego a Alfredo Roblero Mérida, presunto homicida y violador de Jarid D., menor de 6 años que fue localizada sin vida la mañana de este viernes en Cacahoatán, Chiapas.

Después de encontrar el cadáver decapitado y con huellas de violación de una menor de seis años, un grupo de habitantes de la población Faja de Oro, en el municipio de Cacahuatán, detuvieron a un hombre identificado como Alfredo, como presunto responsable del crimen.

Los enardecidos y dolidos pobladores le quitaron al detenido a la policía, lo bajaron de la patrulla y le prendieron fuego para hacer justicia por propia mano.

Las autoridades no pudieron rescatarlo y los pobladores enardecidos decidieron tomar justicia por propia mano.

Se dice que el presunto delincuente ya había estado en prisión por el delito de violación.

Durante el linchamiento de Alfredo, se escuchó el grito de ‘»ojo por ojo»‘ de acuerdo con testimonios de los habitantes que denunciaron que el sospechoso tenía poco de haber salido de la cárcel por el delito de violación.

La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó en un comunicado de prensa que se iniciaron sendas carpetas de investigación por los dos homicidios, tanto el de la niña de seis años como por el de Alfredo

El fiscal Jorge Luis Llaven Abarca reiteró que no habrá impunidad a ninguna conducta antisocial y no se permitirá que la ciudadanía haga justicia por su propia mano, por lo que se investigará el linchamiento.

Los linchamientos en México han tenido una constancia al alza en los años recientes con un aumento de 190% en el año 2018, el último de un estudio elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y que fue presentado a mediados del 2019.

Entre las causas principales, según la CNDH, los linchamientos se atribuyen a la desconfianza de la sociedad respecto de las autoridades, la falta reiterada de cumplimiento y aplicación de la ley y la incapacidad de las distintas instancias de gobierno para generar condiciones de convivencia pacífica.

También el hartazgo e impotencia de las personas ante una realidad que las vulnera y lastima, y que en ocasiones incurren en acciones violentas «en contra de aquellos que consideran, o suponen, cometen delitos o atentan en su contra o de la comunidad a la que pertenecen», señaló la CNDH en su estudio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *