Monte Albán y el Centro Histórico, 32 años de Patrimonio

*La fama como sitio Patrimonio Mundial se ha visto reflejada directamente en el aumento de número de visitantes por año

Oaxaca, Oaxaca, Jueves 12 de Diciembre, 2019 (Fuente: Agencias).- La Zona Arqueológica de Monte Albán, ubicada en inmediaciones de la capital del estado, sitio conocido por sus dimensiones únicas y los  vestigios de magníficos templos, juegos de pelota y tumbas realizados por las culturas zapoteca y mixteca; al igual que el Centro Histórico de la capital de Oaxaca, el cual conserva una arquitectura icónica y tradicional, representativa del sincretismo de dos mundos: indígena y español, están de plácemes con la celebración del XXXII aniversario de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Para conmemorar esta distinción, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su representación estatal en la entidad, conjuntamente con la Dirección de Cultura y Turismo del municipio de Oaxaca de Juárez, prepararon una serie de actividades que se llevaron a cabo ayer 11 de diciembre, tanto en el sitio arqueológico como en el corazón de esa urbe cosmopolita.

Sobre la inscripción de Monte Albán en la lista de la UNESCO, el 11 de diciembre de 1987, la doctora Nelly Robles García, del Centro INAH Oaxaca, manifestó que, a partir de esta designación se ha tenido la oportunidad de consolidar proyectos y mecanismos de gestión de la urbe prehispánica, a la altura de otros sitios patrimoniales del mundo

La directora del Proyecto Conjunto Monumental de Atzompa y ex directora de Monte Albán, afirmó que, a lo largo de estos 32 años, la zona arqueológica, en sí misma, ha desarrollado importantes innovaciones para la conservación, la investigación y la difusión. Así, en 1998 fue protagonista del primer Plan de Manejo, modelo activo en el resto de las zonas arqueológicas del país, cuyos preceptos en la gestión han servido de ejemplo en otros lugares del mundo, en particular de Centro y Sudamérica.

“La fama como sitio Patrimonio Mundial, se ha visto reflejada directamente en el aumento de número de visitantes por año. Ante ello, se han desarrollado estrategias para conducir y proveer de servicios a los más de 700 mil visitantes que recibe anualmente, lo que le permite hoy en día ser un sitio incluyente, señalizado, y con todos los servicios”, destacó la arqueóloga.

Expuso que en poco más de tres décadas, el sitio arqueológico ha sido objeto de diversas investigaciones que han permitido avanzar en su conocimiento y lo han ubicado entre los que pueden explicar temas como la longevidad cultural de la región oaxaqueña, el origen del Estado, el colapso de los grandes centros urbanos, los señoríos tardíos y, con la investigación de Atzompa, la expansión urbana de una gran ciudad.

“A 32 años de su inscripción como Patrimonio Mundial, esta zona arqueológica se ubica a la vanguardia de los sistemas de gestión nacionales. Queda pendiente, entre otros temas, la integración real de Monte Albán y del Centro Histórico como un solo sitio, tal como lo refiere la inscripción de la UNESCO”, concluyó.

El área declarada en Monte Albán, bajo custodia del INAH, consta de una poligonal de 2,078 hectáreas, y abarca los municipios de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca de Juárez, Santa María Atzompa y San Pedro Ixtlahuaca. Fue inscrita por ser una obra maestra del genio creativo humano, por dejar constancia de un intercambio de valores significativo, ser un valioso testimonio de una tradición cultural, y un ejemplo destacado de una variedad de construcción arquitectónica.

Centro Histórico de Oaxaca

Por su parte, el arquitecto Raúl Pacheco Pérez, del Centro INAH Oaxaca, comentó que el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, antes de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial, ya contaba con el decreto presidencial como Zona de Monumentos Históricos, emitido en 1976, cuya superficie es de 4.96 kilómetros cuadrados e incluye 227 manzanas y 932 monumentos catalogados por el Instituto; en 1993, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y el INAH generaron un plan parcial de conservación de ese espacio.

Expuso que el perímetro total considerado por la UNESCO es el mismo de la Zona de Monumentos Históricos, y fue tomado en cuenta para su declaratoria como Patrimonio Mundial; después se relacionó con el Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico, que realizó el municipio, promoviendo una ampliación como área de transición y protección a la zona histórica.

“Con el decreto de Zona de Monumentos Históricos solo estaba protegida el área de las 227 manzanas, 21 años después, el municipio incluyó la protección del Centro Histórico con una ampliación del área de influencia, sumando en total 544 hectáreas, generando así un cinturón alrededor de la Zona de Monumentos, el cual se conoce como un área de amortiguamiento”.

El arquitecto puntualizó que hoy día, algunos de los retos para preservar el Centro Histórico son el cuidado su imagen urbana, las intervenciones a inmuebles que no alteren sus características arquitectónicas tipológicas históricas, la integración de arquitectura contemporánea en un contexto histórico, y regular y controlar el cambio del uso de suelo.

“Este último punto, consagrado en nuestra Carta Magna, en el Artículo 115, y de injerencia directa del municipio, con dicho cambio de uso del suelo y de densidades constructivas, se demandan mayores servicios, se generan cambios en partidos arquitectónicos originales y en su estructura, los cuales pueden generar efectos colaterales en su entorno”, expuso Pacheco Pérez.

Actualmente, el Centro INAH Oaxaca coordina mesas de trabajo con autoridades municipales y con el gobierno estatal, para la implementación de programas de gestión, difusión, talleres, capacitación, accesibilidad, desastres por fenómenos naturales, entre otros, con el objetivo de sensibilizar a todos los sectores en el cuidado, protección y conservación de los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos.

El Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca fue declarada por la UNESCO por ser un ejemplo único de ciudad virreinal del siglo XVI, la cual conserva su traza original, su arquitectura típica y edificios representativos de una tradición cultural de más de cuatro siglos de arte e historia.

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